La ley de Presupuestos es sin duda una de las leyes más relevantes para nuestro país, ya que anualmente se fija a través de ella los recursos que se destinarán a la ejecución de las distintas políticas públicas y funcionamiento de las oficinas públicas. En definitiva, permite a los gobiernos cumplir con los programas y destinar más recursos a las áreas en las que quieren generar un mayor impacto.
Así, el día de ayer, en cadena nacional, el Presidente Gabriel Boric anunció los principales lineamientos de la ley de Presupuesto que se discutirá para el 2024. En síntesis la propuesta apuntaría a consolidar los avances en materia económica y combatir el crimen organizado, entre otras cosas.
En materia de seguridad, lo cierto es que en nuestro país persisten graves problemas y parece que las recetas del ejecutivo no están dando frutos. La situación en la Araucanía es dramática: existe un permanente escenario de violencia desatada, incendios de casas, maquinaria, baleos, etc. En las ciudades a lo largo de todo el país la situación es también preocupante: la encuesta Chile nos habla de la Universidad San Sebastián, concluye que un 78% de los encuestados cambió sus hábitos de vida por seguridad evitando salir de noche, ajustando los horarios de desplazamiento y haciendo modificaciones para incrementar las medidas de seguridad en sus hogares
Estos hechos revisten la mayor gravedad y no se ve que el gobierno tome una acción decidida a enfrentarlos. En abril se anunció un fast track legislativo de 31 proyectos de ley, cuya mayoría sigue en tramitación y en algunos casos sólo implican la creación de más burocracia.
En su cadena nacional el Presidente anunció un aumento del 5,7% en el presupuesto en materia de seguridad. Este es un aumento importante que debemos observar con mucha atención, ya que sería una mala noticia que estos recursos terminen financiando funcionarios, oficinas y escritorios en algún edificio capitalino y no se destinen a mejorar los sueldos, equipamiento y herramientas de nuestras policías y Ministerio Público.
Es evidente que en materia de seguridad el desafío es importante y para superarlo el Gobierno deberá dejar de lado las palabras de buena voluntad y asumir un rol firme, porque son las familias chilenas quienes se ven perjudicadas por la inacción de la autoridad.