Por un momento pareció que el deseo oculto de algunos dirigentes de la ANFP de sacarse de encima cuánto antes a Eduardo Berizzo se haría realidad en el estadio Monumental. Chile perdía ante Paraguay y lo que es peor, el equipo no daba demasiadas señales de vida en el campo de juego. Juego errático, rendimientos individualidades bajísimos y errores infantiles, ponían al entrenador contra las cuerdas a menos de un año de haber tomado el mando. Los fantasmas que han perseguido a la Roja en los últimos años se instalaban sobre la cabeza del técnico argentino y el murmullo en las tribunas tras el mal primer tiempo entraba a los oídos del timonel del fútbol nacional como sentencia definitiva.

La fragilidad de la Selección era evidente. Las debilidades futbolísticas y sicológicas parecían empujar lentamente a Berizzo fuera de la banca ante los ojos de sus verdugos en la ANFP. Pero como patentó hace más de sesenta años el periodista argentino Dante Panzeri, el fútbol es la dinámica de lo impensado. Lo que parecía un golpe devastador para las aspiraciones de Chile de revertir el marcador terminó siendo el as de espada para un conjunto que pide a gritos la aparición de jóvenes atrevidos y que no devuelvan la camiseta a la primera de cambio.

Una desgraciada lesión de Ben Brereton le abrió las puertas a un chico atrevido que hace apenas un año intentaba hacerse un lugar en Ñublense. Un delantero que no estaba en los planes del técnico de la Roja para cambiar la historia y que terminó por convertirse en el mejor socio de Alexis Sánchez. Alexander Aravena, el jovencito de la película en la noche de Macul, tuvo su bautismo de fuego y respondió con la misma personalidad y rebeldía que muestra en la UC. Algo que parece lógico, pero que muchos futbolistas no pueden hacer cuando se ponen la camiseta de la Roja.

La electricidad de Aravena contagió al resto del equipo, que lució por largos pasajes del primer lapso dormido y desconcentrado. Chile dejó de lado el paso cansino y volvió a dar señales de vida de la mano de su inédita dupla de ataque. Porque para que brillara el ariete de la UC mucho tuvo que ver el rendimiento imperial de Alexis Sánchez. Una noche para volver a subirnos a los hombres del hoy delantero del Olympique de Marsella, que parece estar viviendo su segunda primavera como delantero, después de mucho tiempo condenado a las sombras del banquillo. Entre ambos desarticularon el rocoso fondo paraguayo con su velocidad y desparpajo, como si llevaran una década jugando juntos. Y de paso, le dieron a Berizzo un enorme voto de confianza antes del inicio de las clasificatorias.

Chile ganó y es noticia porque no lo hacía desde el 1 de febrero de 2022. Lo hizo mostrando una mejor cara que en los anteriores amistosos. Fue un paso adelante después de muchos exámenes fallidos. Se sacó además esa mochila de la Vidaldependencia que suele arropar a esta Selección en los últimos años. Lo del volante del Flamengo debe ser de lo más bajo que ha mostrado en la Roja en largo tiempo y pese a eso el equipo supo sobreponerse. Y quizás lo mejor de la noche en el Monumental lo hizo con una apuesta que saltó desde el banquillo, como Aravena. Toda una paradoja si recordamos las palabras de Milad en la previa del partido, en el sentido en que ya se habían acabado los experimentos. Todo un tapabocas para el presidente de la ANFP, que además debió dejar sin efecto el finiquito de Berizzo.

Cristian Caamaño, Periodista de Deportes en Agricultura

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