“El año 1991 cometimos el error de apoyar en ese momento a la Garra Blanca (…). Las cosas fueron tomando un tono mucho más delictual, en términos de la presión, hasta que se llega a exigirle a los jugadores dinero. Ya no era una donación, de alguna forma entregaban una cantidad que tenía que cubrir el plantel”.
“A partir de ahí se van involucrando dirigentes, se van involucrando diferentes estamentos del fútbol, se involucran las sociedades anónimas, aunque se niegue, aunque esto está prohibido, además penado. Pero desde que tengo uso de razón y la información que tengo, es que la mayoría de las instituciones tienen relación directa, lo que pasa es que es difícil comprobarlo”.