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La historia de Hasan Sukur podría servir perfectamente como inspiración para alguna película o serie de Netflix. El ex delantero y leyenda del Galatasaray de Turquía cuenta con un récord que, a la fecha, sigue intacto: es el autor del gol más rápido en la historia de los Mundiales de la FIFA tras convertir a los 11 segundos ante Corea del Sur en 2002.

Sin embargo, su vida después del retiro se convirtió en un verdadero infierno. En 2011 se inscribió en el partido político AKP, liderado por el actual presidente turco Recep Tayyip Erdogan, pero luego de una serie de escándalos de corrupción, renunció en 2013 y fue perseguido por el mandatario. “No me queda nada en ninguna parte del mundo. Erdogan me quitó todo: mi derecho a la libertad, a explicarme, a expresarme, al trabajo”, sostuvo en entrevista con Welt amm Sontag.

En 2016 sufrió una orden de detención por una acusación de la Fiscalía de “pertenecer a a una agrupación terrorista“. Luego de ese episodio, y tras varias hostilidades, el ex goleador se refugió en Estados Unidos donde, tras el congelamiento de sus cuentas bancarios por orden de Erdogan, debió reinventarse. Ahora trabaja como vendedor de libros y conductor de la aplicación Uber.

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