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El tenista australiano, Nick Kyrgios, se despidió del singles del Masters 1.000 de Miami tras caer en octavos de final ante el italiano Janik Sinner. Sin embargo, su conducta nuevamente lo tiene en el centro de la polémica. Y es que el oceánico tuvo un fuerte cruce con el juez de silla brasileño, Carlos Bernardes.

Todo se originó cuando al árbitro le sonó el walkie-talkie en medio del partido. “Es increíble que en un torneo tan grande como este, el juez de silla no sepa hacer su trabajo y apagar el walkie”, lanzó Kyrgios.

El excéntrico jugador no se quedó en eso y además, lanzó un contundente mensaje a los encargados del torneo y también a los aficionados. “La pista es la peor, el público es lo peor, todos son lo peor”, apuntó.

Una vez terminado el partido, Kyrgios utilizó sus redes sociales para aclarar lo que dijo y a quién se lo dijo. “Tenía un amigo en la grada y le comenté que podía hacer el trabajo del juez. Su tarea no es ser el centro de atención y que la gente te abuchee. Nadie pagó la entrada para verle a él. Ni siquiera va a recibir un tirón de orejas por su actuación. Estuvo horrible”, detalló.

El australiano poco a poco se fue calentando a tal punto que rompió su raqueta delante del juez. Esto le costó un juego de penalización al comienzo del segundo set. Esto fue aprovechado por su rival, quien se quedó con el juego en dos mangas.

Antes de abandonar la cancha, Kyrgios le dijo al juez: “Eres un jodido retrasado”. Posterior a ello, volvió a la pista para clasificar a las semifinales del dobles junto a su compatriota Thanasi Kokkinakis.

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