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El pasado 5 de diciembre Junior Fernandes salvó a Universidad de Chile de la catástrofe. Ante Unión La Calera el delantero marcó el agónico gol que evitó que los azules jugaran la promoción y dejaran atrás definitivamente el fantasma del descenso.

Sin embargo, aquella imagen de Junior festejando eufóricamente el tanto que salvó a la U del infierno dista mucho de su segundo paso por el club al que regresó el pasado 8 de septiembre. Y es que el atacante ha tenido un deslucido rendimiento en el elenco universitario.

Desde su arribo, Fernandes ha disputado 17 partidos, marcado dos goles (ante Unión La Calera y ante Deportes Antofagasta) y aportado con una asistencia. Durante la temporada pasada, además, estuvo al margen durante siete semanas debido a un desgarro.

Los problemas fuera de la cancha son otro de los puntos que han marcado su regreso a la U. El año pasado, sobre el término del torneo y con los azules complicados en la parte baja de la tabla de posiciones, el atacante fue visto en un bar previo a una de las concentraciones del equipo. Situación que provocó la molestia de los hinchas.

Además, durante las últimas horas, Red Gol reveló que Fernandes se perdió la práctica del domingo luego que no llegara en condiciones a entrenar. Esto provocó que el técnico universitario, Santiago Escobar, lo marginara, por lo que su presencia en la citación para el duelo de este sábado frente a Audax Italiano se encuentra en entredicho.

La paciencia de los hinchas azules, al igual que la del cuerpo técnico, parece acabarse con Junior Fernandes. El jugador que salvó a los azules de jugar en Primera B, pero cuyos números están lejos de lo esperado.

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