AFP PHOTO / BILAL QABALAN
Comparte

Impulsado por cuestiones geopolíticas y de infraestructura, el petróleo estadounidense llegó el miércoles a su valor más alto desde 2014 pese a las quejas del presidente Donald Trump.

El barril de WTI para entrega en agosto, referencia estadounidense, ganó 3,2% al cerrar a 72,76 dólares; el mejor precio desde noviembre de 2014 en el mercado de Nueva York.

En el de Londres el barril de Brent terminó con alza de 1,78% a 77,62 dólares.

Cuando los estadounidenses se preparan para llenar de gasolina sus autos para las vacaciones, un informe oficial dio cuenta este miércoles de una caída de sus existencias de crudo.

Al mismo las refinerías funcionan al 97,5% de su capacidad y es una señal de elevada demanda. Las exportaciones de crudo estadounidense, en tanto están en el récord de 3 millones de barriles por día.

Los inversores temen que la oferta mundial disminuya debido a problemas en diversos países, lo cual forma una “perfecta conjunción de circunstancias” para que suban los precios, dijo James Williams de la firma WTRG Economics.

Esta explosión de precios ocurre luego de que varias veces el presidente de Estados Unidos Donald Trump lamentó lo alto del valor del barril y acusaba por ello a la Opep.

Para mejorar los precios, que cayeron a menos de 30 dólares a comienzos de 2016, los 14 países de la Opep junto a otros 10 grandes productores liderados por Rusia, pactaron reducir la producción desde 2017.

– Canadá, Venezuela, Libia, Irán –
Para las refinerías estadounidenses, el mayor problema llega de Canadá, en donde una mina de arenas bituminosas, capaz de producir 350.000 barriles por día, está paralizada desde hace una semana por una falla eléctrica y no se sabe cuando normalizará su funcionamiento.

Por otro lado la producción de Estados Unidos, está ya está en el récord de 10,9 millones de barriles por día y difícilmente pueda ser aumentada por el momento debido a problemas de infraestructura en una región entre Texas y Nuevo México, dijo John Kilduff del fondo Again Capital.

Los productores multiplicaron en los últimos sus explotaciones en esa región donde abunda el petróleo de esquisto pero eso no fue apoyado por un fortalecimiento de la infraestructura de transporte.

“Las empresas son obligadas a frenar su actividad pura y simplemente porque los barriles quedan bloqueados” dijo Kilduff.

Pero también la ya declinante producción de Venezuela aceleró su merma en los últimos meses debido a serios problemas económicos. Y en Libia, facciones políticas rivales pelean por controlar terminales petroleras.

Estados Unidos echó gasolina a la hoguera al exigir el miércoles a todos los países abstenerse de importar iraní so pena de aplicarles sanciones.

Muchos analistas no creen que se detengan todas las exportaciones de Irán pero el agresivo tono de Washington sorprendió a los mercados.

“Europa ya era vista como políticamente muy débil para proteger a sus empresas frente a las potenciales sanciones de Estados Unidos”, remarcó Olivier Jakob de Petromatrix.

China, primer importador mundial de crudo, podría desdeñar las amenazas de Trump pero India, tercer mayor importador, “es la principal cuestión del mercado”, remarcó.

La Opep y sus 10 socios se comprometieron a respetar hasta fin de año el sistema de cuotas que aplican desde 2016.

Y Arabia Saudí, líder de la Opep, ya hizo saber que en julio incrementará su producción a la cantidad récord de 11 millones de barriles por día.

Juliette Michel

© Agence France-Presse

Últimas Noticias