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“No podía vender cómo vendía toda la gente”. Con esta premisa Matías Leiva explicó en El Rompecabezas” de Agricultura cómo nació “La Insolencia”, su emprendimiento de venta de sándwiches gourmet en el centro de Santiago que murió tapado en multas el año pasado: debe más de $100 millones.

Es que tras hacerse conocido, fue invadido de partes al no tener permiso para comercializar sus productos.

En conversación con Pedro Carcuro, Matías explicó cómo resurge hoy, ya que de haber creado la popular marca en la capital, siendo entrevistado por la televisión y medios extranjeros por su ocurrente idea, hoy está solo vendiendo sus productos como todo ambulante, tratando de que no lo pillen. Eso sí, realiza charlas a emprendedores por todo Chile.

Fuiste construyendo una empresa que fue creciendo hasta vender 3 mil sándwich al día.

– Llegamos a ser un equipo de 30 personas. Pasó un año y medio y llamó un día La Tercera y dijo que llamó un grupo de gente diciendo por qué no cubríamos tu historia. Les dije vengan a ver la producción y al otro día me acompañan a vender a la calle. Y cuando lanzaron ese video después de dos meses, me invitaron ese mismo día del Bienvenidos, TVN, medios internacionales que me llamaban para contar esa historia tan interesante que había comenzado con nada. Y ese mismo día que fui al Bienvenidos, me invitaron de la Municipalidad a una reunión. Era primera vez que entraba formalmente. Y el alcalde Felipe Alessandri me dice “estamos en problemas”. Claramente, yo por ser tan insolente y salir así a la calle, y ustedes que me permitieron vender sin cuestionar nada. Yo tenía canastos afuera del palacio de La Moneda, por Huérfanos, por Ahumada.

¿Y qué pasó tras esa reunión?

– Sé que estábamos en problemas, pero yo quería salir de esa situación. Habíamos constituido una sociedad con Sebastián, una SPA, habíamos contratado, pagábamos imposiciones con los chiquillos, habíamos dado pasos importantes para poder pensar en proyectar una cosa distinta. Y el alcalde me dijo que sí, que teníamos que postular para tener permisos de ambulante, pero no estábamos a tiempo. había mil personas antes que no estaban contratadas, que no tenían estudios quizá, que eran más vulnerable. Ahí comienzan los problemas.

¿Y ahí empiezan los partes?

– Ahí comienzan a llegar todos los días carabineros a buscarnos. Nosotros siempre vendimos en un horario. Yo no entendía que estaba mal, sino que podía ser formal, que se entendía bien y que podíamos dar un paso importante. Tuve que hacer lo que tenía que hacer. Pasaba que me venían a buscar seis carabineros y me llevaban y yo tenía que ir no más y me llevaban caminando por el centro. Me iba rotando por distintos puntos porque le preguntaban a los chicos dónde estaba yo, porque me venían a buscar a mí exclusivamente.

Matías, ¿y cuántos partes se acumularon?

– Hasta que cerré La Insolencia en agosto del año pasado, llegamos a sumar en total más de $100 millones en partes. A nosotros nos quitaron más de mil canastos, mil pisitos, muchas cosas…

Te quebraron.

– Sí, nos quebraron completamente.

 

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Equipo de #LaInsolencia este #Junio de 20117

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¿Tú crees que más allá de las normas vigentes hubo una especie de persecución?

– No, es el sistema, es la forma en que pensamos Pedro. Yo no salí a la calle para evadir un sistema. Yo claramente quiero pagar impuestos, yo compro las cosas con factura. Es solo que no te permitían dar una boleta en el lugar, como habíamos pensado este nuevo modelo.

Matías, ¿hay posibilidades de reconstruir “La Insolencia”?

– No, no de esa forma. Ese modelo no existe y no va a existir, es un modelo muy raro. Solo que la ciudad de Santiago tiene que pensarse cómo responder ante los desayunos y a tanta gente, más de 2 millones de personas se mueven en el centro de Santiago y los locales empiezan a abrir a las 10 de la mañana, a esa hora ya la gente comienza a trabajar. La gente que va a tomar desayuno, ya tomó. Hay que saber responder. Saber abrir temprano. No soy la respuesta finalmente.

¿Y ahora en qué estás?

– Me levanto todos los días y sigo produciendo y vendo fuera del metro Bellas Artes. Y después de la pega paso por las cosas para el día siguiente. Llevo un año así solo, solo. Y voy entendiendo la realidad de Santiago. Pero no soy solo yo. Ha llegado mucho inmigrante a vender. La Municipalidad también ha prestado todo el apoyo. Yo sé que el alcalde tiene toda la disposición para ver una ciudad linda como todos quisiéramos. Por eso yo tampoco llegué con cosas para ensuciar la calle, solo con mi canasto con el que yo me movía.

 

 

 

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La nueva propuesta: “La Insolencia”

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En el inicio de nuestro sueño con @sebastianban y @matias_chile en nuestra #lainsolencia #cl #chile #comida #sandwich #Santiago #food #PaseoAhumada

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