Captura De Pantalla 2021 07 20 A La(s) 16.09.23
Agencia Uno
Comparte

El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) despachó al Congreso un informe donde analiza en detalle el financiamiento del proyecto busca establecer una Pensión Garantizada Universal (PGU).

La entidad liderada por Jorge Desormeaux abordó el financiamiento y también los efectos en la sostenibilidad fiscal de la propuesta del Ejecutivo.

En el escrito, titulado “Análisis del Consejo Fiscal Autónomo sobre el financiamiento de la Pensión Garantizada Universal”, se revisan las tres fuentes complementarias planteadas por el Gobierno: la reducción y eliminación de exenciones tributarias;  provisión para mayores gastos previsionales incluida en la Ley de Presupuestos 2022 y en la programación financiera 2023-2026; y reducción del aporte obligatorio que anualmente debe realizarse al Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) en 0,1% del PIB.

Al respecto, el organismo sostuvo que “si bien el Ministerio de Hacienda indica que en régimen el mayor gasto fiscal con las indicaciones se ubicaría en aproximadamente 0,95% del PIB, las cifras hacia 2050 no muestran una estabilización completa del mayor gasto, ya que para dicho año este aún se encuentra en ascenso”.

En base a la observación anterior, un primer elemento que analiza el Consejo se refiere al período de la proyección fiscal. “Si bien el CFA valora que la Dipres realice proyecciones a cerca de 30 años (2050), tratándose de materias previsionales se sugiere, en línea con recomendaciones internacionales, que dicho ejercicio considere un horizonte aún mayor (por ejemplo, de al menos 50 años), de forma tal de apreciar en plenitud el efecto de la transición demográfica en el sistema”, precisa el informe.

Un segundo elemento esencial en reformas a los sistemas de pensiones se refiere a las proyecciones de largo plazo y los supuestos de indexación utilizados, así como a la importancia de contar con escenarios alternativos que consideren la incertidumbre y en que las prestaciones crezcan, por ejemplo, a la par de los salarios reales, según el CFA.

Esto, considerando que cada cierto tiempo los beneficios de la PGU se ajustan discrecionalmente superando las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC), lo que elevaría las presiones de gasto más allá de lo contemplado en el informe financiero de la Dipres.

Y un tercer elemento que analizó el CFA fue si se cumple o no el principio de financiar gastos permanentes con ingresos permanentes, clave para la sostenibilidad fiscal.

De esta manera, tomando en cuenta todos los aspectos analizados, el CFA concluyó que “lo prudente es asegurar ingresos permanentes por un valor al menos equivalente a 0,95% del PIB anual en régimen para financiar de manera sostenible la PGU”.

Para llegar a esa conclusión, el organismo observó en su análisis que las fuentes de financiamiento de la PGU tienen distintas implicancias sobre la situación fiscal.

Así, plantea ciertas precauciones y sugiere revisar y reemplazar algunas fuentes de financiamiento con el objetivo de asegurar que esta política pública pueda implementarse adecuada y sosteniblemente.

Reducción y eliminación de las exenciones tributarias,

En cuanto al primer punto, la entidad observó que corresponde a nuevos ingresos permanentes, por lo que su efecto para financiar el gasto de la PGU no tiene impacto sobre el balance estructural ni en la deuda bruta o neta del gobierno.

No obstante, advirtió sobre la fecha de entrada en vigencia de esos cambios a las exenciones, ya que los ingresos que provendrían de esa fuente dependen de la aprobación de un proyecto separado del que crea la PGU. Por esto, el CFA sugirió buscar fórmulas legislativas para que la implementación de los cambios tributarios que genera esta fuente de financiamiento sea anterior o que, al menos, coincida con la entrada en vigencia de la PGU.

Provisión de los mayores gastos previsionales

En relación a la provisión de los mayores gastos previsionales incluidos en la Ley de Presupuestos 2022 y en la programación financiera (2023-2026), el CFA plantea en el informe que su uso para la PGU no significaría conceptualmente un deterioro para el balance estructural, al menos respecto de lo ya proyectado hasta 2026, por lo que, en un principio, no afectaría la deuda bruta ni neta del gobierno.

Esto, asumiendo que la “ley larga de pensiones” no se aprueba, ya que no podría usarse la misma fuente de financiamiento para dos proyectos distintos.

Sin embargo, el Consejo identifica en su informe “una serie de precauciones y limitaciones respecto de esta fuente de financiamiento y plantea que un análisis de sostenibilidad de largo plazo no debiera basarse en una programación financiera de mediano plazo, menos aún en un contexto de déficit estructural. De esta forma, se identifican desafíos y riesgos para la consolidación fiscal si se considera esta provisión como financiamiento permanente”.

Disminución del aporte mínimo obligatorio

Finalmente, sobre la disminución del aporte mínimo obligatorio que debe realizarse anualmente al FRP, que pasaría de 0,2% a 0,1% del PIB, el CFA dice que “implica una menor acumulación de ahorro para el financiamiento de los gastos previsionales futuros, para destinarla a gasto corriente en pensiones”.

“En cuanto a los efectos en las variables fiscales del gasto en PGU financiado con el menor aporte al FRP, ello implicaría un mayor déficit estructural anual de 0,1% del PIB, por cuanto no existe una contraparte de mayores ingresos permanentes asociados”, indicó.

A la vez, la entidad afirma que la deuda neta aumentaría, debido a que el cambio implica un menor ahorro destinado al FRP, al reducir su aporte mínimo anual a la mitad.

En base a este análisis, el Consejo sugiere su reemplazo por otra fuente de financiamiento con características de permanente.

Últimas Noticias