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Francisco-Contardo2Francisco Contardo, conductor de El Agro de Radio Agricultura, nos habla sobre la relación entre la productividad y el empleo, y cómo el panorama ha ido cambiando hacia unas mejores prácticas laborales para los agriculores y trabajadores.

Cada día se habla más de cómo dar un salto hacia una mayor productividad en el campo.

Y es que hace rato que no basta con producir, exportar, estar atento al tipo de cambio y a los fenómenos climáticos, donde la sequía cada vez influye más. Sin duda, la ecuación se ha complejizado.

La mano de obra ya no es barata, pues muchos ya no están disponibles a trabajar en el campo y prefieren migrar a las ciudades a otros rubros; como el comercio, la construcción, la minería y los servicios.

Lo anterior no sólo por incentivos económicos, sino también por ofrecer estas otras áreas condiciones más estables y atractivas para trabajar.

A modo de ejemplo, hay dos productos emblema de nuestras exportaciones que se ven afectados por esta realidad: la producción de uva de mesa y la producción de arándanos. En ambos casos, Chile es hoy líder mundial en exportaciones. Sin embargo, quienes han invertido en ellos, ven con preocupación el encarecimiento de sus costos de producción. Y es que, por ejemplo, tanto la Uva de Mesa como los Arándanos, son especialmente sensibles a la cosecha con maquinaria. Esta tiene que ser manual para resistir los periodos  de transporte hasta mercados tan lejanos como China.

Ante ello, los expertos concuerdan en algunas soluciones y paliativos, tales como:

  1. Adaptar la legislación laboral a la realidad del campo, donde la mano de obra extranjera temporal podría ser solución. Sin embargo, falta una legislación que la facilite. Y si bien los agricultores pueden hacer ver su posición, los cambios requieren de la iniciativa del Gobierno y el Parlamento.
  2. Mejorar las condiciones de los trabajadores del campo en faena. Muchas veces se requiere que la persona permanezca de pie y con los brazos en alto debido a la estructura del árbol. Se requiere compensar la dureza de estas labores con buenas contraprestaciones en salud, alimentación, mejores lugares para descansar; y otros beneficios más innovadores que pueden salir del propio diálogo con los propios trabajadores; como es el caso de los préstamos por parte del empleador, convenios de salud, convenios para compras a plazo en comercios, etc.
  3. Es clave migrar hacia la producción de las variedades más productivas, para lograr una mayor concentración de los periodos de cosecha (variedades donde se pueda sacar los mismos kilos en 1 mes y no en 2 meses).

En resumen, el agricultor no es sólo alguien que trabaja y vive de la tierra, debe ser un empresario de primer nivel, que adhiera a las mejores prácticas que le ayudarán a ser más productivo en un ámbito ultra competitivo.

Por: Francisco Contardo, periodista y conductor programa El Agro de Radio Agricultura.

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