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cenizaEvitar el sobrepastoreo, disminuir la ración de alimentos y deshacerse de algunos animales son las principales estrategias que han adoptado los productores para contar con alimento para los meses de invierno.
La magnitud de la sequía que afectó a la Región en la época estival sigue trayendo consecuencias a los productores ganaderos, pese a la intensidad de las precipitaciones registradas principalmente en junio.

De hecho, más allá de que se haya reducido el déficit hídrico anual, la escasez de precipitaciones registradas en la primavera y verano pasados, hace que muchos de los productores ganaderos hayan debido consumir más de la mitad del alimento que tenían guardado para el invierno.

Así lo asegura Michel Junod, gerente de la Asociación Gremial de Productores de Leche de Osorno (Aproleche), quien explica que quienes se han visto más afectados son los productores lecheros, pues los bajos precios y las condiciones climáticas han obligado a endeudarse para adquirir más forraje y que la escasez de alimento no afecte todavía más la producción.

Es el caso de Pedro Burgos, productor de leche del sector Los Negros, quien en su predio de 105 hectáreas tiene 280 bovinos, entre vacas, vaquillas y terneros, de las cuales más de 100 están en ordeña.

Burgos explica que a la fecha sus animales ya han consumido el 65% del forraje guardado para los meses de invierno, por lo cual ve un panorama poco alentador para los próximos meses. “La cantidad de bolos de silo de maíz que tenía no fue suficiente, por lo que compré fertilizante, semillas, bolos de paja y sacos de concentrado, y para pagarlos he tenido que endeudarme”, comentó.

El agricultor cuenta que impulsado por la dificultad para mantener al ganado y pagar los compromisos con casas bancarias y proveedores donde adeuda más de 15 millones de pesos, desde marzo comenzó a deshacerse de las vacas “secas” y hasta el momento ha vendido un 15% de su ganado.

Por otro lado, indicó que el déficit hídrico también provocó la pérdida de 15 hectáreas de praderas. Pese a ello, hoy ocupa para pastoreo las demás, que se están recuperando gracias a la caída de precipitaciones a partir de mayo.

“Lamentablemente en la parcela sólo una parte de las praderas está produciendo, la cual voy a destinar a pastoreo menor. Por ahora sembré 20 hectáreas más con la esperanza de que se vengan buenos meses de lluvia. Lo que me preocupa es que el invierno traiga heladas; eso empeoraría más la situación”, expresó.

A su vez, el escaso forraje conlleva a una baja en la producción lechera. Y para Pedro esa es otra de sus preocupaciones, ya que como proveedor de Nestlé no ha podido cumplir con la entrega normal.

“Toda esta situación nos ha mermado la producción lechera, en un año normal deberíamos estar produciendo 2.500 litros de leche y sólo estamos sacando 1.650 litros diarios. Nunca había tenido una producción tan baja como ahora”, indicó Burgos.

En el caso del productor Eduardo González, del sector Aguas Buenas, mantiene a 120 animales en su parcela de 22 hectáreas y tiene 52 vacas en ordeña. En la actualidad, alimenta al ganado con un bolo de silo y otro de paja diario, buscando racionalizar el forraje.

“Estamos batallando para poder llegar al invierno, por lo menos en los días buenos hice un poco de bolos y la poca lluvia ha permitido que se recuperen más rápido las praderas”, dice González.

En cuanto al invierno que se avecina, el productor comenta que para los próximos meses cuenta con 350 bolos de silo para alimentar a su ganado y con ello espera le alcance hasta agosto. Además compró sacos de concentrado; con el bono de 110 mil pesos que le otorgó el Ministerio de Agricultura le alcanzó para 10 sacos.

González cuenta también que lo ayudaron con dos hectáreas de praderas suplementarias y como usuario de Indap recibió un aporte de 600 mil pesos, lo cual ayudó a solucionar en cierto porcentaje la falta de forraje, aunque aún cree tendrá dificultades para el invierno.

Precios

Christian Arntz, presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago) explica que las lluvias han ayudado en parte a regenerar las praderas dañadas por la sequía.

“Hasta el minuto hemos tenido un otoño relativamente bueno, hay un buen crecimiento de los pastos, pero eso de ninguna manera suple la enorme cantidad de forraje que se gastó y que estaba guardado para el invierno”, dice.

Por ello los agricultores han tenido que invertir en forraje para cubrir esa necesidad. En ese sentido, Arntz explica que si bien por el momento no se ha visto un alza en los precios de alimento para ganado, estima que en los próximos meses -dependiendo de las características de la primavera- esta realidad podría cambiar.

“Como el año no fue normal los precios del forraje deberían subir a raíz de la sequía. Es algo normal porque hay escasez de forraje, no porque la gente quiera hacer especulación. Cuando hay una mayor demanda y no hay oferta los precios tienden a subir, pero no creo que sea muy distinto a otros años; va a presentar un alza pero no mayoritaria”, aclara el dirigente.

Actualmente el valor de un fardo de pasto varía entre los 2.500 y 3.500 pesos más IVA; el bolo de silo fluctúa entre los 28 y 35 mil pesos; mientras que el precio del saco de concentrado llega hasta los 11 mil pesos.

Proyecciones

En lo que respecta a la producción lechera, el presidente de Sago explica que ha bajado desde un 15%, dependiendo del sistema productivo.

Además, en la venta de ganado dice que “ha habido una descarga fuerte de animales, tal como ocurrió el año pasado, impulsada por la escasez de forraje. Si este invierno hay poco crecimiento de los pastos los agricultores nos veremos complicados, y la solución es deshacerse de la masa ganadera”, señala Arntz.

Asegura que durante los meses de junio y julio aumentará el comercio de sacos de concentrado y bolos, y que la única solución a esta catástrofe es implementar políticas de riego y por lo tanto de energía.

“Cuando la magnitud de estas catástrofes es tan alta que el problema está cifrado en millones de dólares de pérdidas, lo que se debe hacer es fijar políticas que apunten a solucionar el problema a futuro de mediano a largo plazo, no en la inmediatez. La sequía no discrimina, golpea a todos por igual”.

Fuente: Diario Austral de Osorno

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