Comparte

uva31Carolina Cruz, presidenta de Uvanova, reflexiona sobre cómo replantear la estrategia de producción y cosecha en variedades afectadas por el frío, la humedad y las lluvias vistas este año.

Lo que quedaba de uva de mesa en los parrones, al momento de las lluvias de abril, no resistió. Carolina Cruz, presidenta de Uvanova, explica que a partir de ese momento, comenzaron a manifestarse serios problemas a nivel de cutícula, con partiduras y presencia de hairline, con media luna a nivel pedicelar, lo que después se complica con desarrollo de hongos y aumento de desgrane.

“Toda esa suma de factores fue determinante para que los productores dijeran hasta aquí no más llegamos”, porque el riesgo que se corría con seguir embalando esa fruta era muy alto”, recuerda la asesora experta en uva de mesa. “Si bien las aplicaciones se habían continuado haciendo de forma rigurosa a causa de la humedad vista en la temporada, no era responsable seguir embalando ya cualquier desarrollo posterior al embalaje de problemas asociados a botrytis, o a factores de la calidad como desgrane, que repercuten muy fuertemente en el resultado final en términos de precio”.

Carolina Cruz comenta que, hoy en día, el mercado se encuentra responde muy bien si tiene que pagar fruta de buena calidad y condición, pero muy mal si se trata de fruta con desórdenes graves. “Eso lo hemos aprendido, la historia nos ha enseñado y la verdad es que muchas veces son los mismos productores los que no están dispuestos a arriesgarse”.

Así, la temporada 2016 de uva de mesa cerrará en torno a las 83 millones de cajas exportadas, una baja importante debido a los fenómenos climáticos que se vivieron en estos meses: altas humedades que impactaron en la condición y lluvias que mermaron la producción.

Ahora Carolina, mientras persista este tipo de clima más húmedo en nuestro país, siempre las variedades más tardías se verán expuestas a situaciones de lluvias y temporales como ahora. Si este tipo de fenómenos llegara a transformarse en la tónica de las temporadas venideras, ¿en qué medida hay que replantearse entonces la estrategia de cosecha de uva de mesa en Chile?

“Muy buena la pregunta, porque ahí está justamente el desafío, el cual hay que mirarlo desde varias perspectivas. Lo primero es que gran parte del nuevo desarrollo varietal actual viene en nichos tardíos, con uvas de color, de media estación a tarde, entonces si no podemos contener las lluvias que caen en las cosechas de variedades más tardías, debemos hacernos cargo del tema y proteger esos parrones con variedades tardías”.

“Desde el punto de vista de los desafíos tecnológicos, está la incorporación de cobertores de plástico a los parronales. Hemos dicho hasta el cansancio que California techa gran cantidad de las variedades tardías, al igual que en otras partes como España e Italia, donde el techo de parrón se utiliza no solo pensando en lluvias durante períodos de cosecha, sino también buscando que la fruta desarrolle otras características durante etapas previas”.
“Otro aspecto es la parte laboral. Hasta el primero de abril nos había acompañado el color, teníamos una Red Globe muy linda, y muy firme a pesar de las complicaciones de la temporada. Sin embargo no se pudo cosechar a tiempo, muchas veces porque no se contó con la mano de obra suficiente. Las estrategias entonces que hay que plantearse para la próxima temporada tendrán que ser distintas. A lo mejor pensar en cosechas diurnas y nocturnas con una doble jornada, en aumentar la marcha laboral”.

¿Se le puede sacar un provecho a esta temporada marcada por las humedades y las lluvias?

“Mira, la sequía por ejemplo nos dejó un aprendizaje importante sobre cómo reinventarnos, como ocupar eficientemente el agua y almacenarla mejor, por ejemplo. Se hicieron demandas para mejorar la infraestructura de canales y la construcción de embalses. Aprendimos a ser mucho más eficientes, adquirimos tecnología que nos ayudaría a tener un control adecuado del recurso hídrico. Por eso es que esta temporada húmeda debe ser motivo de traernos nuevos aprendizajes. ¿Qué vamos a hacer si las primaveras no vuelven a ser como las que acostumbrábamos?, ¿si hay meses fríos o lluvias torrenciales? Son procesos en que la agricultura siempre estará expuesta. Tenemos que dilucidar cómo utilizamos las herramientas para seguir manteniendo producciones y un producto atractivo, comercialmente apto para los mercados”.

“De todas maneras hay que empezar a hablar seriamente de estos tópicos, desde el ámbito tecnológico sobre cómo incorporamos los techos, y desde el laboral, acerca de cómo mejoramos la mano de obra en cosecha. Son tremendos temas a futuro”.

Fuente: Portal del Campo

Últimas Noticias