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frutillas blancasEl Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA, a través de su Centro Regional de Investigación INIA Quilamapu, está llevando a cabo un proyecto de valorización y rescate de este fruto endémico del territorio de Nahuelbuta, ubicado entre el límite de las regiones del Biobío y de La Araucanía. En total, serán 5 mil las plantas destinadas a sectores escogidos de las comunas de Contulmo y Purén.

Con la finalidad de elevar la productividad de la frutilla blanca en el territorio de Nahuelbuta, recurriendo al manejo agroecológico de las plantas, investigadores de INIA Quilamapu incorporaron las primeras mil plantas (de un total de cinco mil) destinadas al área circunscrita entre el límite de las regiones del Biobío y La Araucanía.

Se trata de plantas de frutilla blanca que fueron reproducidas in vitro en el Laboratorio de Recursos Genéticos Vegetales de INIA Quilamapu en Chillán, que tienen la particularidad de estar libres de enfermedades y completamente sanas. Las plantas madres crecen con bastante dificultad en plena cordillera de Nahuelbuta, zona desde donde investigadores de INIA colectaron algunos ejemplares para investigar las causas que, en las últimas décadas, han mermado considerablemente su productividad.

El trabajo realizado forma parte del proyecto “Valorización del Cultivo de Frutilla Blanca (Fragaria chiloensis) mediante el rescate de ecotipos locales y el fomento de su producción agroecológica, entre pequeños agricultores del territorio de Nahuelbuta”, proyecto financiado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y que involucra, además del INIA Quilamapu, a los municipios de Contulmo y Purén.

Entre otros aspectos, este proyecto generará un diagnóstico de la situación actual de la producción de frutilla blanca en el territorio de Nahuelbuta, zona de donde esta especie es originaria y que ha sido históricamente producida por pequeños agricultores. Además de caracterizar y resguardar los ecotipos de esta especie nativa, INIA validará tecnologías de producción agroecológica para aumentar la competitividad, fortalecer la asociatividad de los pequeños productores y vincularlos con el mercado.

El proyecto, que se encuentra en su segundo año de ejecución, se centraliza en las comunas de Contulmo y Purén, gracias a una inversión de 60 millones de pesos de la Fundación para la Inversión Agraria (FIA) y a otros aportes provenientes de INIA y de ambos municipios que totalizan más de 105 millones.

A pesar de los significativos avances en el rescate de este fruto, caracterizado por sus tonos blanquecinos e intenso aroma, aún resta bastante trabajo, ya que si bien el trasplante de mil ejemplares sanos en plena cordillera es muy importante, es necesario que crezcan con vigor y salud en su nuevo hogar, comentó la investigadora a cargo del proyecto, Cecilia Céspedes. La profesional de INIA indicó que las primeras mil plantas se establecieron en terrenos de la escuela Manzanal Bajo, ubicada a 9 kilómetros de Purén.

“Lo que hicimos fue plantar con cuatro sistemas distintos. El primero, plantación tradicional, como lo hacen los agricultores; el segundo camellones con compost; el tercero camellón con compost y control de malezas con cubierta de corteza de pino; y por último camellones con compost, control de maleza con corteza de pino y riego” especificó Céspedes.

Agregó que “se utilizaron distintos tratamientos para ver en cuál se adapta mejor la frutilla, se enferma menos y tiene mejor rendimiento”. La investigadora, que además es la directora técnica de la oficina de INIA en la provincia de Arauco (el Centro de Transferencia Tecnológica y Extensión CTTE Arauco Sustentable), resaltó que la metodología es participativa, ya que mes a mes se trabajará con los cerca de 30 pequeños agricultores que son parte del proyecto.

En este aspecto, Cecilia Céspedes indicó que periódicamente estos productores reciben capacitaciones sobre el desarrollo de la frutilla blanca, lo que los habilita para recibir las próximas mil plantas que llegarán en julio a la localidad de Pichihuillinco en Contulmo.

Al respecto, la investigadora se mostró esperanzada en la obtención de buenos resultados, pero que habrá que esperar el establecimiento definitivo de las plantas. “La frutilla se cosecha en diciembre, pero estas plantas que son nuevas, no esperamos que éste año tengan cosecha, sino que el siguiente. Pero sí vamos a medir vigor, número de hojas, tamaño, corona y ver cuáles están funcionando mejor”, sentenció la profesional.

Acerca de INIA

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país.

Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario.

Fuente: INIA

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