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ministro furcheLa agricultura en 2015 creció a una tasa muy elevada, la más elevada de la última década con excepción del año 2011 que recoge el rebote del terremoto de 2010. Este año es probable que el crecimiento disminuya como consecuencia de las dificultades climáticas que atravesó, sobre todo, la fruticultura.

No es un misterio que tuvimos una primavera pasada complicada, un verano más frío que lo habitual y un otoño con lluvias que fueron mucho más allá de lo que había ocurrido en varias décadas, pero al margen de eso, también nuestras estimaciones marcan que la agricultura y el sector agroalimentario este año volverá a crecer y probablemente lo hará por sobre el promedio de la economía nacional.

Eso ocurre porque tenemos estructuralmente condiciones muy sólidas para continuar creciendo. Tenemos una importante demanda internacional de alimentos a pesar de los problemas en China, en la Unión Europea a raíz del Brexit y de la lentitud en recuperar otras economías importantes como la de Japón e incluso Estados Unidos. Pongo como ejemplo a China, en la que nuestra demanda creció a tasas de dos dígitos. Este país es el segundo destino individual de las exportaciones chilenas de alimentos y de mantenerse esta tendencia, probablemente, a finales de esta década será el primer destino para las exportaciones chilenas de alimentos.

Agrego factores como nuestra red de acuerdos comerciales, que es la más extensa de la que disponga país alguno. Tenemos TLC que nos garantizan un acceso preferencial a todos los mercados importantes del mundo, sean desarrollados o en desarrollo, y desde luego factores macroeconómicos entre los cuales el más importante es el tipo de cambio.

En consecuencia, hay elementos estructurales para suponer que la base para el crecimiento de la agricultura continúa siendo muy sólida, sin perjuicio de que este año tengamos pequeños baches por consecuencias de los avatares del clima.

El sector agrícola, el sector agroalimentario, es fundamental en el desarrollo de la economía chilena y hoy tiene más importancia relativa que la que tuvo en el pasado, dado justamente el declive del ciclo minero. Los datos están ahí, el sector entrega el 9% del empleo y tiene la menor tasa de desempleo. Incluso en los meses de invierno, cuando hay menor demanda de empleo agrícola.

Además, es un sector que da cuenta del 25% del valor total de nuestras exportaciones, cifra que con toda seguridad en los próximos años va a crecer, no solo porque aumenta el valor de las exportaciones, sino porque disminuye el de otros sectores, particularmente el minero. De hecho, el superávit de balanza comercial del sector silvoagropecuario es de US$ 9.000 millones, que es casi todo el superávit de balanza comercial de Chile.

Y esta importancia también se refleja en regiones. En O’Higgins, el 25% del empleo depende de la agricultura como sector primario. Digo esto porque a veces hay dificultades para que se perciba la importancia del sector agroalimentario en el desarrollo de la economía chilena y quiero insistir sobre ese punto, no solo es importante hoy, tengo la completa seguridad que en los años que vienen será progresivamente más importante.

Fuente: Portal Frutícola

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