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remolacha4Marcelo San Martín Catalán es el nuevo presidente de uno de los gremios más organizados de la agricultura local, la Asociación de Remolacheros de Ñuble.

Nacido en El Carmen y residente de San Carlos, hizo su educación en el Seminario y se recibió como médico veterinario en la Universidad de Concepción.

Es casado y tiene dos hijos. Se trata de un dirigente diferente con una postura ante la vida liberal por un lado y por otro conservador, sobre todo en el aspecto del derecho a propiedad, donde estima que para los agricultores aspectos como el derecho al agua son irrenunciables.

Es partidario de legislar sobre  la tecnología transgénica que, señala, es un tema que no se ha tratado a la altura que merece a nivel nacional. También es partidario del matrimonio gay, de la marihuana y del aborto.

Sobre los transgénicos señala: “Se trata de una tecnología correcta que llegó al mundo para quedarse. En Chile tenemos miedo y no queremos legislar al respecto. Yo estimo que hay mucha ignorancia por falta de información. Además ya estamos llenos de transgénicos y los consumimos, casi todos los productos que hay en un supermercado los contienen.  La tecnología transgénica va a ser importante en la futura alimentación del mundo”.

Su período que inicia como timonel de los remolacheros, señala que será de continuidad, ya que lleva años en la directiva al igual que muchos otros de los integrantes.  Señala que el quehacer netamente gremial de los remolacheros tiene dos vías prácticas como la negociación anual de los precios para los contratos de remolacha y la intervención en aspectos claves para mejorar el cultivo, como orientar la investigación a los temas que los productores estiman fundamentales y estar atento para evitar las perforaciones que se hacen al mercado nacional del azúcar.

Un tercer aspecto es integrarse a los demás gremios agrícolas, lo que hace siendo el rubro más fuerte y numeroso de la Asociación de Agricultores de Ñuble, con 250 productores asociados que manejan 4 mil hectáreas de remolacha.

Reconoce que entre varios factores, uno de los que interviene en la baja que muestra el cultivo de remolacha en la zona, está el mayor interés de invertir en frutales. “Se estima que se están derivando unas 400 hectáreas anuales que se destinaban a los cultivos tradicionales a frutales como avellano europeo y berries, especialmente, situación que espera se corregirá con la disposición de más superficie de riego cuando se ponga en riego la superficie del embalse La Punilla.

A su juicio el mayor desafío de la agricultura en Ñuble es el riego  y opina que no hay que escatimar esfuerzos de inversión privada y pública en grandes, medianas y pequeñas obras de riego y de infraestructura para este tema.

Pese a contar con un huerto de cerezos, señala que su “ADN” es el de un agricultor tradicional y afirma que cultivos como la remolacha, para los productores que invierten y que hacen bien su trabajo, les permite mantener un estilo de vida especial, como hombres de campo: “Se puede hacer un buen negocio como agricultor tradicional, aunque no como para llegar a ser millonario. El agricultor acumula mucho capital, tiene muchos bienes en su campo. El agricultor muere rico. A lo mejor cuando yo me muera mi campo puede valer 2 millones de dólares, pero yo no vivo solo para hacer dinero. La agricultura es una forma de vida. Podría haberme encerrado en una oficina y estoy feliz de no haberlo hecho”.

Sobre el actual momento de la agricultura tradicional, señala que la economía está estancada y que dependemos mucho de los mercados y los precios externos. Sobre la remolacha específicamente señala que es un cultivo muy interesante, pero a la vez exigente.

Estima que las metas de Iansa de llegar a las 120 toneladas de rendimiento al 2020, se cumplirán porque los potenciales de las nuevas semillas y los paquetes tecnológicos ya permiten a muchos productores estar produciendo sobre las 150 toneladas.

“Creo que si un agricultor hace las cosas bien, es disciplinado en agricultura, invierte, se preocupa de tecnologizarse y de informarse, no tiene porque irle mal”, aunque reconoce que la agricultura moderna no permite descuidos ya que en prácticamente todos los cultivos para ser competitivos y hacer un buen negocio, se requiere precisión en los programas de aplicaciones, conocimientos y estar siempre atentos.

En la directiva de la Asociación de Remolacheros, acompañan a San Martín, Hernán Martínez en la vicepresidencia, Ignacio Martínez como tesoreo y Luis Bocaz como secretario. Los directores son Juan Carlos Allende, Carlos Sepúlveda y Pablo Basterrica.

Fuente: La Discusión

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