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kiwi amarilloEl mercado de España es el más atractivo de la Unión Europea para el sector chileno del kiwi.

Chile, el tercer exportador mundial de kiwis, vende a España unas 9.500 toneladas anuales, lo que convierte al mercado español en uno de los “más atractivos” de la Unión Europea (UE) por un consumo elevado de esta fruta, un sistema de distribución eficiente y los precios que paga por el producto. España depende de la entrada de kiwi extranjero para abastecer su demanda interna, como muestran los últimos datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria española.
Así lo ha asegurado el presidente del Comité del Kiwi de Chile, Carlos Cruzat, un organismo formado por productores y exportadores, que reúne al 80 por ciento de la industria del país, según sus datos, y su objetivo es gestionar la apertura y posición del kiwi chileno en los mercados extranjeros, entre otros fines.
Cruzat, que ha visitado España recientemente para participar en la Convención Anual de la International Kiwifruit Organization (IKO) celebrada en Galicia, ha puesto en valor las potencialidades de España como destino comercial.
Tras Italia y Nueva Zelanda, Chile lidera las ventas de kiwi al resto del mundo, con España como el sexto país en importancia comercial (9.563 toneladas en 2015 y una estimación similar para 2016), según los datos facilitados por el Comité.
La importación creció un 9 por ciento en volumen entre enero y julio de este año (90.515 toneladas), por un valor de 39 millones de euros (-9 por ciento).
Cruzat ha explicado que la industria chilena adapta su producto al gusto de los consumidores españoles y, por ejemplo, selecciona los kiwis más dulces porque son los que tienen mejor acogida.
A pesar de ser una potencia exportadora, se han producido descensos generalizados de ventas de kiwi chileno en el mundo en la comparativa 2013-2015, que se corresponde con una menor producción del país andino, ya que los agricultores están apostando de forma creciente por otros cultivos de elevada rentabilidad, como la cereza o el arándano, ha detallado.
En el caso de la Unión Europea, por ejemplo, las ventas de kiwi chileno en el año 2000 suponían el 65 por ciento del total exportado frente al 35 por ciento actual.
Pero aunque destacan los descensos de los envíos a Italia (-36,27 por ciento entre 2013 y 2015) y Países Bajos (-25,91 por ciento), el retroceso se está compensando con el comercio creciente en Asia, especialmente China, con una subida de las exportaciones de un +89,32 por ciento en los últimos tres años, lo que la convierte en el segundo destino del kiwi chileno tras Estados Unidos.
Cruzat ha resaltado también el avance del mercado en Rusia en los últimos años (tercer destino), con mejora de calidades y precios.
Para el presidente del Comité, es importante que la calidad de lo que se vende en el exterior sea buena, porque es “garantía de negocio”.
A su juicio también lo son las reuniones sectoriales internacionales, como la del IKO en Galicia, para que los países productores coordinen y homogeneicen aspectos comerciales que den valor añadido al producto respecto a otros “competidores directos” como la manzana o la pera.
“Ahí hay que hacer un trabajo muy importante de difusión”, ha incidido Cruzat.
El comité, creado en 2009, es una organización paritaria de productores y exportadores de kiwi y la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex) y la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta).
Según su presidente, entre sus objetivos está abrir mercados y posicionar el producto, además de mejorar la oferta, la rentabilidad y la calidad a través de la investigación, en la que participan distintas universidades.
Chile es el tercer exportador mundial de kiwi, con 182.705 toneladas exportadas en 2015 y una producción anual que ronda las 200.000 toneladas, obtenidas en una extensión que supera las 10.600 hectáreas.

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