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ganadoEn los últimos diez años se ha observado una progresiva disminución de la masa ganadera bovina en Chile, un proceso que se ha acelerado en los últimos años y que ha generado preocupación en el rubro debido a que también se ha reflejado en una pérdida de vientres, lo que según el gremio equivale a hipotecar el futuro de esta actividad.

Entre 2007 y 2015, el número de cabezas en Ñuble cayó un 22,1%, y en el caso particular de las vacas y vaquillas la disminución llegó al 17,3%, según el INE.

De igual forma, el beneficio de vaquillas en la Región del Bío Bío en el primer semestre del presente año aumentó en un 45,5% en comparación con igual periodo del año 2015.

Según Carlos González, quien preside la Asociación de Productores de Ganado Bovino de Ñuble (Aprocarne Ñuble) y la Federación de Productores de Carne de Chile (Fedecarne), la situación es el reflejo del mal momento que vive el rubro, “que se ha visto afectado por la competencia desleal de los productores del Mercosur”, por la presión de la fruticultura por el uso del suelo y por la escasez hídrica.

De esta forma, la mayor demanda internacional por carne bovina, el aumento de exportaciones de ganado vivo a mercados como China y Turquía, que ha mejorado los precios, ha llevado a los productores a aprovechar esta oportunidad, sacrificando más hembras.

Los buenos precios han llevado a muchos productores a vender, lo que se ha evidenciado en las ferias. “Muchos ven en el precio una oportunidad para liquidar su ganado”, añade el dirigente gremial, quien comenta que el pequeño productor “ya no está pensando en la carne, sino que en nuevos cultivos, porque con la sequía, es más caro producir, hay que pensar en cultivos suplementarios, hacer más fardos y comprar alimentos”.

Según Odepa, el precio nominal promedio nacional del ganado bovino para engorda y crianza se ha incrementado en todas las categorías. En el caso de las vaquillas, entre julio de 2015 y julio de 2016 el alza fue de 25,7%, mientras que el valor de las terneras subió un 29,9%en el mismo periodo.

Y si bien el seremi de Agricultura, Rodrigo García, coincide en la identificación de los principales factores, éste los califica como coyunturales, de los últimos tres años, y descarta que el rubro ganadero esté especialmente debilitado.

“La reducción de vientres ha impactado en el número de novillos para faena, que se ha compensado en parte por un mayor beneficio en otras categorías; sin embargo, se espera que hacia final de año comience a aumentar el número de novillos”, planteó la autoridad.

Competencia “desleal”

En el mercado local, sostiene González, el sector ha debido enfrentar la competencia “desleal” de la carne proveniente del Mercosur, con precios más bajos, pero que asegura, no son solo el resultado de menores costos de producción, sino que de subsidios estatales y del ingreso de carne de menor calidad que no cumple con las normas de tipificación chilena. “Es un tema que le hemos planteado a la autoridad, ya que se requiere mejorar la fiscalización en destino, porque no se puede pretender que los fiscalizadores estén en las 80 plantas faenadoras de Brasil que están habilitadas para exportar a Chile”.

Sobre este punto, García sostiene que “existen mecanismos de control por parte de las autoridades nacionales que fiscalizan en origen el cumplimiento de la normativa chilena y el control que se ejerce a nivel local de etiquetado de carnes. Respecto a eventuales competencias desleales, no hay ninguna acusación al respecto”.

Asimismo, descarta que existan distorsiones de precios: “el mercado de la carne funciona sobre la base de numerosos actores que compiten en los diferentes niveles de la cadena, no existiendo evidencias ni denuncias de un mercado con distorsiones”.

Valor del suelo

Otro elemento clave es la competencia por el uso del suelo, principalmente por el crecimiento de la fruticultura, que en Ñuble se ha reflejado en una presión de los precios al alza, desincentivando la crianza de ganado y el pastoreo. “El rubro se está quedando con suelos marginales”, comenta el presidente de Fedecarne.

Al respecto, la directora de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), Claudia Carbonell, reconoce que el desplazamiento de los frutales obedece en buena medida al cambio climático y que por ello las explotaciones más intensivas, como la ganadería, se desplacen hacia el sur, pero que también “una proporción importante de predios lecheros y de engorda de animales permanecerán en los territorios que hoy ocupan”.

Exportaciones

Otro de los factores que plantea el gremio es el aumento de las exportaciones de carne, como consecuencia de una mayor demanda mundial. En ese contexto, preocupa el crecimiento de los envíos de hembras vivas.

Según cifras de Odepa, las exportaciones chilenas de carne de bovino experimentaron un crecimiento de 83,9% en volumen en los primeros siete meses de 2016, en comparación con igual periodo del año pasado.

González explica que el aumento de los envíos de ganado en pie favorece a los crianceros, lo que califica como positivo, pero advierte que exportar vacas reducirá las opciones de crecimiento del sector en el corto plazo.

No obstante, para el seremi de Agricultura, “el aumento de las exportaciones de carne y de animales vivos son dos muy buenas noticias para el sector productor y para la industria de la carne”. En el caso particular del ganado vivo, García argumenta que “se abre una nueva oportunidad para la industria lechera y el sistema criancero. Los envíos de animales en pie, como los ocurridos a China y Turquía, permiten diversificar los ingresos de la ganadería, además de proporcionar una oportunidad de negocios atractiva en precios para la masa de terneras y vaquillas que no son seleccionadas para el reemplazo de los planteles lecheros y para la engorda”.

Medidas

Desde la perspectiva del gremio, la solución a este problema pasa por enfrentar los factores que han debilitado al rubro, como las distorsiones de precios en el mercado local, pero además, por implementar políticas de incentivo a la retención de vientres. “En Chile no existe una política y no hemos tenido una respuesta del Gobierno, pese a que hace más de diez años estamos planteando esta situación”, manifiesta González, quien recuerda que solo entre 1970 y 1973 existió un incentivo. Además, afirma que se debiese prohibir por cinco años la exportación de hembras.

En ese sentido, la directora de Odepa precisa que “la Comisión Nacional de la Carne, que reúne a los actores de la cadena, cuenta con variadas aproximaciones sobre la materia, las que están siendo analizadas”, sin embargo, reconoce que “no hay en la agenda una acción destinada de manera específica a la retención de vientres”.

Carbonell afirma que “la estrategia consiste en aumentar la disponibilidad de ganado con las condiciones necesarias para exportar, con ello se disminuiría la liquidación de vientres asegurando una mayor capacidad del sistema de aumentar la producción de novillos. Para ello se han implementado adecuaciones a los sistemas de control oficial de anabólicos y rediseño del sistema de respaldo predial de exportaciones para que aumente la disponibilidad de ganado apto para exportar. También hemos monitoreado el mercado de la leche, que influye fuertemente en la disponibilidad de vientres. La leche, luego de a lo menos tres temporadas con bajos precios, muestra signos alentadores de recuperación, lo que ayudará al mayor número de hembras en etapa de reproducción”.

Fuente: La Discusión

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