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manzanasActualmente, la Región del Maule es una de las principales productoras de la fruta de exportación del país, siendo la variedad “Cripps Pink”, la que concentra un 50% de envíos al mercado europeo, pero también se ha constituido como una de las más vulnerables a contraer una enfermedad conocida como “Ojo de Buey”, que afecta directamente a la productividad de la fruticultura nacional.

El cultivo de manzanas es una de las principales actividades económicas que se desarrollan en el Maule. Ya en el año 2013 en Chile había un total de 29.920 hectáreas de la fruta roja, de las cuales 18.863, correspondientes al 63%, se encontraban en la región, siendo la variedad Cripps Pink, una de las que ha experimentado un constante crecimiento respecto al aumento de su producción proyectada por sobre las 72 mil toneladas, concentrando en Europa el 50% de los envíos. 

Una de las principales virtudes que presenta la variedad de Manzanas Cripps Pink, es que al ser de cosecha tardía, posibilita la opción ser almacenada en cámaras de frío entre 30 y 150 días, lo que se traduce en que al extender la post cosecha a 150 días, se llega con ella a los mercados internacionales en septiembre u octubre, fechas en que los precios son más altos, transformándose en una oportunidad para los retornos comerciales de la exportación.

Pero, a pesar de presentar estas características positivas, la variedad también está expuesta a factores que disminuyen su productividad y rendimiento. Uno de ellos, es la enfermedad conocida en Chile como Ojo de Buey, que es ocasionada por el hongo Neofabraea alba y afecta a las manzanas mediante lesiones necróticas circulares que avanzan lentamente hacia el interior de la fruta, haciendo que la pulpa se vuelva parda, pero sin dar señales de deterioro exterior, manteniéndose firmes a simple vista.

En este contexto y según explicó el Académico del Departamento de Bioinformática de la Universidad de Talca, y Director del Nodo de i+T de la MacroFacultad de Ingeniería, José Reyes, “El problema es que esta enfermedad se produce por un hongo que infecta la manzana previo a la cosecha, pero cuyos síntomas solo son percibidos durante el período de guarda entre 1 y 5 meses. Siendo muy variable el porcentaje de fruta que es afectada cada año en distintas zonas, como también resulta variable e impredecible el tiempo en el que los síntomas de la enfermedad aparecen.

Por esta razón, al no presentar síntomas visibles en las manzanas, se dificulta la detección temprana de la enfermedad,  por lo que los productores y exportadores de manzanas de la variedad Cripps Pink deben tomar decisiones alternativas, como restringir los mercados de exportación, reducir el periodo de guarda a tiempos inferiores a la aparición de los síntomas, es decir, 60 días de almacenaje, lo que significa realizar las ventas en mayo y junio, meses en que los precios de venta disminuyen considerablemente en los mercados extranjeros, impactando de manera negativa en la productividad de las exportaciones.

Generando un prototipo para la predicción del Ojo de Buey

Frente a esta realidad que afecta notoriamente a la producción de manzanas de exportación, las que al llegar infectadas a sus destinos con la enfermedad ODB son devueltas generando pérdidas económicas significativas, el profesor José Antonio Reyes, presentó un proyecto para buscar una solución a este problema, mediante el desarrollo de un sistema de predicción temprana de riesgo de incidencia de Ojo de Buey en manzanas de la variedad Cripps Pink.

El proyecto, que surge desde la MacroFacultad de Ingeniería, obtuvo un financiamiento de 150 millones de pesos, los que fueron otorgados por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) en el marco del concurso IDeA etapa de Ciencia Aplicada. Este proyecto será ejecutado a través de métodos y técnicas de inteligencia artificial para inferir relaciones complejas entre las variables climatológicas que pueden propiciar la aparición del hongo.

Además, este sistema estará enfocado en predecir la incidencia de la infección en una determinada temporada, enfocándose en 150 días de almacenamiento de las manzanas en cámaras frías, a modo de potenciar que los envíos se realicen lo más tarde posible, cuando se alcanza un mayor precio de venta. También se buscará predecir el alcance de la enfermedad en distintos tiempos de almacenamiento, como también se inferirá respecto a la cinética de aparición de los síntomas de ODB en la fruta infectada.

Al respecto, el profesor Reyes comentó que, “Una de las ideas principales de esta iniciativa, es poder estudiar lo que ocurre en diversas regiones del país, principalmente desde la VI a la IX región, que es donde se producen principalmente este tipo de manzanas. Esto porque la variabilidad de incidencia de la enfermedad podría estar asociada a diversas condiciones climáticas y geográficas a nivel país, entonces en base a estas variables queremos determinar qué es lo que está sucediendo, para otorgar una solución práctica”.

Este proyecto, que se iniciará en la temporada 2017, tiene una duración de 2 años y buscará generar un prototipo validado, para que en una segunda etapa pueda ser escalado para iniciar su comercialización y posterior transferencia de resultados. Además, para las investigaciones que se deben realizar, también se cuenta con el apoyo de la empresa UNIFRUTTI TRADERS LTDA, la que con presencia a nivel nacional, es una de las principales exportadoras de frutas del país.

Cabe destacar que las variedades Cripps Pink, Fuji y Fuji Raku-Raku vinculadas a este proyecto, ocupan un total de 4.975 hectáreas en la Región del Maule, transformando a la región en la principal productora y exportadora de pomáceas en el país, y que es donde se propone desarrollar este estudio a nivel de prototipo.

“Esta variedad de manzana permite guardarla hasta 150 días lo que es muy positivo, porque si la guardas este tiempo, alcanza un mayor precio en el mercado europeo o en otros, por lo que hay mucho incentivo para guardarlas, el problema es que este hongo aparece en el momento en que están en el periodo de almacenamiento e incluso en el barco, cuando van de camino a destino, por lo que se pierden. Entonces, poder saber cuánta manzana vas a tener de pérdida y cuánta se va a producir, es el objetivo del proyecto, porque ahí se pueden tomar decisiones con mayor certidumbre, generando un impacto económico positivo para el país”, concluyó Reyes.

Fuente: Universidad de Talca

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