Javier Crasemann
Javier Crasemann
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El presidente de la Junta de Vigilancia de la primera sección del río Aconcagua conversó con El Agro sobre la decisión de decretar y posteriormente dejar sin efecto la intervención de las tres secciones del río del Valle Aconcagua.

La situación del valle parte en 1925 cuando se quería hacer un embalse que no se hizo, pero sí se aumentó las plantaciones en la zona y por lo tanto las superficies de riego también, sin hacer inversión alguna en temas de seguridad, infraestructura, etc. Y si se agrega lo del cambio climático, más el gran consumo humano de agua que está en la desembocadura del río, más el crecimiento inmobiliario en la costa de la quinta región, donde se ha priorizado el consumo humano, la pérdida la están haciendo los pequeños agricultores.

Así comenzó describiendo Javier Crasemann la situación actual del Valle del Aconcagua. “Desde abril que estamos con el desafío de llenar el embalse “Los Aromos”, pero lamentablemente no se ha cumplido el calendario y por lo tanto sigue siendo para consumo humano, y lamentablemente no se ha llegado a los agricultores especialmente de la tercera y cuarta sección”.

¿Y cuándo se decretó emergencia agrícola, llegó esa ayuda a los agricultores?

Todos los decretos de emergencia liberan fondos que van a la vena, forraje para los crianceros, bonos para la gente de Indap, pero no se liberan fondos para la parte estructural, para llenar pozos que tiene la Dirección de obras hidráulicas, tampoco se aceleran proyectos que llevan años y años en estudio, así es que más menos no tienen ningún efecto real.

Explicó que desde el 2018 por acuerdo de las juntas de vigilancia,” invitamos a los seremis a participar de una mesa de trabajo que se llama la mesa del Aconcagua, pero lamentablemente los avances han sido escasos. La conclusión de la mesa fue un plan de obras que darían solución a buena parte de los problemas, pero hasta ahora ni el ministro ha dado acuso de recibo. La verdad es que no hay una verdadera voluntad de enfrentar el problema de fondo que es estructural, agravado por sequía y cambio climático”.

“La solución que siempre está a mano es quitarle el agua a los de arriba para dársela a los de abajo, pero lamentablemente esa agua se acaba y no hay otra. Por ejemplo, el Gran Valparaíso produce 100 millones de m3 de aguas servidas que se vierten al mar sin tratar, y esa agua perfectamente se podría tratar, pero no está en la mesa, ni normado de cómo podría disponerse de esa agua”, agregó.

¿Cómo les llegó la noticia de la intervención del río por parte de la DGA?

Ha habido otras intervenciones. De hecho, la tercera sección está intervenida desde agosto, pero esta intervención implicaba cerra todas las compuertas de la primera sección, y eso significaba cortar 100 % el agua a Codelco, Angloamerican, y otros usuarios agrícolas, lo que es absolutamente imposible.

Si se aplicaba se iban a producir 60 mil puestos menos en plena temporada de fruta, dos minas importantes cerradas, creo que es una falta de rigor técnico tremenda, por eso yo me declaré en rebeldía y dije no lo aplico.

El daño que se le hace a la agricultura con este tipo de decretos – continuó-, es tremendo y lo que hay que definir es qué se entiende por consumo humano. Se ha anunciado un gran proyecto inmobiliario en Maitencillo privilegiando el consumo humano de agua, pero en el fondo es un consumo de segunda vivienda, por lo tanto, se privilegia la industria inmobiliaria, por sobre el negocio agrícola. De ahí salen campos de golf y otros no básicos, grandes parques, centros recreacionales, que salen del río Aconcagua, entonces ahí hay una inconsecuencia.

“Yo no veo real voluntad de solucionar los problemas de fondo. Con ESVAL logramos un acuerdo de reuso de sus aguas servidas. Estamos a la espera para ver cómo lo financiamos. El plan de obras está en ejecución”.

Pero acotó que “en el caso de Aconcagua ha sido una falta de voluntad de todos los gobiernos. Un ex intendente dijo a mi lo único que me interesa es lavarme las manos y tirar la cadena…esa es la visión de los distintos gobiernos del tema hídrico y se tiran la pelota entre unos y otros.

Actualmente hay más agua que el 2019 y podemos sacar adelante esta situación si todos trabajamos unidos y podemos también sacar adelante lo del agua en el Gran Valparaíso, pero todos tenemos que cumplir los compromisos y no podemos perder el norte”, concluyó el dirigente.

 

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