X3h 2159101 © Christian Goupi
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Ante un escenario de escasez de agua, menos tierras cultivables y preocupación por lo sustentable, emergen en el país nuevas especies. Implican procesos innovadores, apuntan a mercados internacionales y varias son tan llamativas como un campo de tulipanes, que hace que Paillaco luzca como un campo neerlandés.

Una de las imágenes más típicas de la primavera en los Países Bajos se pudo ver en septiembre en Paillaco, donde tulipanes rojos, amarillos, morados, blancos y de otras tonalidades florecen en 92 hectáreas. Este cultivo de tulipanes ordenados por colores lleva 15 años realizándose en el sur (en rotaciones de sectores entre Osorno y Valdivia), impulsado por la compañía chileno-neerlandesa SouthernTulips, para abastecer sobre todo al país europeo y EE.UU.

Un ejemplo pionero y vistoso de cómo se han ido sumando nuevas especies agrícolas que se cultivan en el país con un abono en común: la innovación. De hecho, varias de estas ideas han sido apoyadas por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura y son fruto de arduo trabajo en laboratorios.

Álvaro Eyzaguirre, director ejecutivo de FIA, afirma que esto se alinea con el doble desafío de hacer frente a la escasez hídrica y de adaptarse al cambio climático. ‘FIA apuesta por apoyar innovaciones que impliquen eficiencia y seguridad hídrica. Esto incluye la generación o mejora de información para la toma de decisiones en torno a la gestión sostenible de los recursos hídricos, así como el desarrollo y/o adaptación de tecnologías para ello’, indica.

Se estima en 2050 la agricultura deberá producir casi 50% más alimentos, forraje y biocombustible que en 2012, con menos agua y menos superficie cultivable. Por eso, Eyzaguirre sostiene que ‘a nivel mundial requerirá de sistemas innovadores que aumenten productividad sin comprometer la base natural de los recursos. En este sentido, el cambio climático ha presentado oportunidades de nuevas adaptaciones de especies en lugares que antes no se hubiera pensado’.

Wasabi en Cochamó: primeros cultivos en América Latina

La planta nativa de wasabi procede de la región de Shizuoka (Japón), donde comenzó a cultivarse hace unos 400 años. A la fecha, lo que se suele consumir en los restaurantes de comida japonesa es un sucedáneo; sin embargo, hoy Golden Wasabi, con el apoyo de FIA, busca generar la primera producción en Latinoamérica. Algo que se ha vuelto posible debido al cambio climático.

Yonatan Malis, fundador y director del proyecto Golden Wasabi, viajó a Japón hace cuatro años y notó que las condiciones para plantar wasabi eran similares a las de Chile. Preparó un proyecto de I+D para estudiar su factibilidad: ‘Esta es la planta más difícil de cultivar del mundo, ya que se requieren muchas condiciones, cierta temperatura y oxigenación del agua, sombra, etcétera’. Así, tras desarrollar el cultivo a partir de un método de reproducción (micropropagación) in vitro y producción en terrazas (en un campo experimental), hace un mes trasplantaron tres mil de estas especies en la localidad de Cochamó (Región de Los Lagos), que se duplicarán a inicios de 2022 y que, en un año y medio, se comenzarían a comercializar. ‘El destino son principalmente restaurantes de alto nivel de Brasil, Perú y EE.UU. para que tengan wasabi fresco y natural; también puede usarse en cosméticos y para elaborar cerveza’, dice Malis.

El wasabi es muy cotizado y se le considera un superalimento: sus agentes antimicrobianos lo vuelven un buen acompañamiento para el pescado crudo. Posee propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias.

Palmas datileras que se adaptan al cambio climático

El dátil es la fruta dulce obtenida de la palmera datilera; es rico en hierro, potasio, calcio, magnesio, fibra y energía y su harina es muy cotizada en la cocina vegana. Es un alimento básico para los países árabes y se produce en climas desérticos. Su exportación se ha triplicado en los últimos 10 años y según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), este fruto jugará un papel relevante en el futuro de la alimentación.

Por ello, 1.100 palmeras in vitro de la muy cotizada variedad Medjool, se importaron desde California, y se plantarán próximamente en el Centro Experimental Canchones, comuna de Pozo Almonte (Región de Tarapacá).

Antes, comenta Cristián Holzmann, fundador de Kelümilla, se realizó una micropropagación in vitro en el laboratorio de la empresa en La Reina. Gracias a dicha técnica se ha generado una gran cantidad de plantas, a una tasa de hasta un millón hijuelos cada dos años, conservando las características de calidad del fruto, tiempo de maduración y sexo. ‘El próximo año, al final del proyecto, tendremos unas cuatro hectáreas plantadas. Ahora las palmeras están en un invernadero en Casablanca esperando que tengan un tamaño adecuado para llevarlas al norte’, dice.

El cultivo de dátiles se presenta como una interesante oportunidad para la agricultura en el norte y para el consumo de deportistas de alto rendimiento.

El nopal ingresa al mercado nacional como alimento funcional

El nopal es una planta usada para la producción de tunas. Pero, de la mano de FIA, la empresa Be Cactus está desarrollando un nuevo producto de más valor agregado: nopal fresco y en polvo.

Be Cactus cultiva el nopal en el secano costero de Litueche (Región de O’Higgins). Ahí selecciona y cosecha los nopalitos tiernos, que tienen mayor cantidad de fibra soluble y propiedades nutricionales. Los nopalitos son las paletas (cladodios) del nopal, sobre las cuales surgen las tunas.

Los nopalitos se despinan, se trozan en láminas de 4 mm y se deshidratan en un invernadero solar a baja temperatura para conservar sus propiedades. Después se muelen hasta generar un polvo fino que se conserva en tambores especiales para alimentos y luego se envasa para suplir el requerimiento diario de fibra al utilizarlo como complemento de diferentes comidas (jugos, ensaladas, sopas, crema, tortillas, desayuno, licuados, yogurt, etc.). En tanto, el nopalito fresco se puede comer crudo o cocido en ensaladas, jugos, licuados, guisos, asados, salsas y tacos.

‘Hoy tenemos cerca de una hectárea plantada (50 mil plantas) y llevamos un año comercializando el nopal en polvo en emporios de alimentos saludables a lo largo del país y también hace un mes en Farmacia Knop. El Nopal fresco lo vendemos a restaurantes de comida mexicana y a particulares’, explica Víctor Beyá, cofundador de Be Cactus. La empresa trabaja en nuevos sabores del polvo de nopal, añadiendo otras frutas deshidratadas. Apuntan a deportistas y a quienes buscan prevenir la diabetes, el estreñimiento, la hipertensión y la obesidad.

En FIA añaden que el nopal ‘es una especie que al requerir poca agua se adapta muy bien a zonas con bajas precipitaciones, siendo una oportunidad para enfrentar el cambio climático y la diversificación de la matriz productiva para la pequeña agricultura’.

El azafrán florece por primera vez en La Araucanía

El azafrán, conocido como el ‘oro rojo’ (kelümilla, en mapudungún), es la especie cultivable más cara del planeta, ya que conseguir un gramo de esta especia requiere más de 150 flores de color rojo intenso.

Su arribo al país ha sido un hito para el agro. La especia, proveniente del Mediterráneo, floreció por primera vez en la Región de La Araucanía, como parte de un proyecto de la empresa Kelümilla.

Hace un año, junto a cinco comunidades mapuches y jóvenes estudiantes del Liceo Complejo Educacional C-53 de Los Sauces, plantaron más de 60 mil cormos de Crocus sativus L, del que se extraen los estigmas de la flor, para obtener el azafrán.

‘Cultivamos el azafrán in vitro y les hicimos un tratamiento con temperatura para que se pudieran aclimatar. En el fondo, los ‘engañamos’ para hacerles creer que, por seis meses más, seguían en verano’, explica Cristián Holzmann, fundador de Kelümilla. Añade que el cultivo es de muy alta calidad: ‘Hoy lo vendemos al mercado nacional, pero lo queremos escalar al extranjero. En lo que más se utiliza el azafrán es en la paella. Se utiliza mucho también en la comida árabe e india y en repostería. Además, se está empezando a emplear en productos de belleza, principalmente cremas antienvejecimiento’.

La comercialización se hace tiendas especializadas y al gramo a través del marketplace de Mercado Libre Azafrán Chileno Kelümilla. La meta es que los mil metros plantados lleguen a producir, dos kilos de azafrán por familia en las próximas temporadas. Y espera llevar el cultivo a las regiones de Tarapacá, Valparaíso, O’Higgins, Maule, Biobío y Metropolitana.

Otros nuevos cultivos

Gracias al sustrato de coco se lograron cultivar frutillas en Antofagasta, ahorrando 50% de agua en la producción. En tanto, en La Araucanía, el cambio climático ha permitido la inédita producción de almendros. Otra innovación es que en Rapa Nui se plantaron cepas ancestrales y del continente para la producción de vinos en la isla. Se trata de las cepas chardonnay, pinot noir y vides asilvestradas.

También existe una iniciativa FIA para que, en el norte, la papa del desierto emerja como un nuevo cultivo capaz de crecer en suelos marginales.

Fuente: El Mercurio

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