Si algo en común tuvieron las últimas semanas de 2021 fueron las altas temperaturas acompañadas por olas de calor en distintas zonas del país. Condiciones que, según las proyecciones meteorológicas, no cambiarán: enero estará marcado por registros superiores a lo normal.
Dicho factor más otros como la sequía, que exacerba la vegetación seca, y la pronosticada falta de lluvia, dejan un escenario preocupante, porque se trata de condiciones similares a las de 2017, la peor temporada que se recuerde en el país.
De hecho, por estos días la Región de La Araucanía ha sido foco de intensos siniestros, por lo que serán vitales las medidas para prevenir futuros incendios.
Intencionalidad
Según los datos de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la temporada actual, correspondiente a 2021-2022, registra 30.796 hectáreas quemadas, cifra que ya es superior en cinco veces a lo que sumaba en igual lapso de la temporada previa o el promedio del quinquenio 2017-2021, con 20.390.
‘Enero y febrero son dos meses en que difícilmente tendremos posibilidades de lluvia, así que el nivel de riesgo se mantiene desde Coquimbo a Magallanes’, plantea Aída Baldini, gerenta de Protección contra incendios forestales de la institución.
Apunta que también influye la mayor movilidad impulsada por el desconfinamiento, por lo que ‘fue uno de los parámetros que incluimos en nuestras simulaciones para determinar los recursos’.
En esa línea, Baldini dice que están trabajando ‘con aproximadamente $70 mil millones, y si se requiriera más, se va a la Protección Civil, a Onemi. Por el momento, estamos haciendo frente con nuestros recursos’.
Juan José Ugarte, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), que invierte cerca de $80 mil millones en el combate contra los siniestros, reconoce un complejo panorama: ‘Estamos viviendo un momento crítico’, dice, especialmente por la intencionalidad de algunos siniestros en La Araucanía, lo que se ve agravado por el conflicto en la zona.
‘Los aviones, aeronaves, los brigadistas, son repelidos a balazos; solo podemos ingresar con resguardo policial’, señala.
Ugarte añade que ‘en el 58% de los incendios no podemos recurrir a combatir, porque no se cuenta con la seguridad’.
Para Roberto Cornejo, presidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Chile, aunque los pronósticos pueden alterarse, se debe mantener ‘una proyección de máximo riesgo y prepararse para el peor escenario’.
Con todo, destaca que es difícil que ocurra algo similar a 2017, pues ‘la tragedia de ese año dejó enormes enseñanzas, dado que se logró concientizar y tomar medidas (…). Se han mejorado significativamente las estrategias de combate, poniendo énfasis en un ataque inmediato y coordinado de los focos iniciales de los incendios’.