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La extensa sequía que afecta al país, y sobre todo a la región de Coquimbo, hace varios años sigue sin dar tregua, y escenarios como el de la localidad de Potrero Grande de Curicó, que inició el racionamiento de agua para consumo humano, podría ser una realidad para la región de Coquimbo.

Por ese motivo, el 28 de enero pasado se oficializó el decreto de escasez hídrica en toda la región de Coquimbo, cuya fecha de inicio fue el 6 de enero del 2022, «por lo que desde esa fecha del presente año es que está vigente el decreto de escasez hídrica», explica Cristóbal Juliá, director regional de la Dirección General de Aguas, a Diario La Región.

El decreto entrega más facultades a la Dirección General de Aguas respecto a la distribución del recurso hídrico principalmente, a cargo de la sanitaria o juntas de vigilancia, «por ejemplo, si una junta de vigilancia está haciendo una mala distribución de las aguas o poniendo en riesgo el consumo humano, la DGA puede tomar la distribución y quitarle la atribuciones que por ley tienen las juntas de vigilancia», señala Juliá.

Estos decretos duran seis meses y no son prorrogables, es decir, cada uno es único, si bien en la región llevamos varios años con un decreto cada seis meses, cada decreto es distinto a pesar que han sido bastante similares, pero esto es producto de la extrema sequía que pasa la región de Coquimbo.

En cuanto al fantasma del racionamiento de agua para el consumo humano, sostiene que «sí está presente en la zona… Si hacemos un balance hídrico por cuenca, sobre todo donde tenemos mayor población, que es la provincia del Elqui, donde está ubicado el principal porcentaje de población de la región, hay un déficit de oferta hídrica, por lo que de no haber una correcta distribución de las aguas, con acuerdos entre aquellos que poseen los derechos de aprovechamiento de las aguas, como las juntas de vigilancia o la sanitaria, podríamos entrar en racionamiento el próximo año si es que el 2022 no fuera lluvioso. Por lo que todos los actores involucrados se sienten a conversar es de suma importancia».

El racionamiento se puede dar en toda la región. «Cuando hacemos el balance hídrico, hay un déficit de oferta versus la demanda, por lo tanto está el riesgo latente, sobre todo si es que este año no nos deja precipitaciones».

Recordar que el embalse La Paloma está con un 16% de su capacidad, y de secarse se quedaría Ovalle sin agua, entre otras cosas.

Otro de las zonas que están en una condición crítica actualmente son la provincia del Choapa, Combarbalá y Monte Patria, «son sectores que están muy complicados, que dependen de los camiones aljibes y los municipios están cumpliendo un rol fundamental para que todos los sectores tengan agua».

Juliá, quien también es meteorólogo, de cara a la otoño-invierno, sostiene que «no es auspicioso, estamos bajo la influencia del fenómeno de La Niña, el cual podría persistir hasta marzo o abril de este año, y ojalá esperar que decline completamente, cosa de tener un invierno dentro de los parámetros normales».

«Si este fenómeno de La Niña se extiende más allá de mayo del presente año, estaríamos hablando de altas probabilidades de tener un año completamente seco», concluye.

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