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En el Centro Regional del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) La Platina, se presentó la nueva uva blanca que podría ser el recambio de la tradicional variedad Thompson Seedless.

Con el apoyo de CORFO, el equipo de investigación y desarrollo de INIA, que incluye genética, manejo agronómico, fitopatología, postcosecha y escalamiento avanzado, ha trabajado aproximadamente 15 años en esta nueva uva blanca, que hoy alcanza un avance que le permitiría convertirse en la variedad 2022.

Para el Director Nacional de INIA, Pedro Bustos, la importancia de esta nueva selección avanzada es que “aquí se ve realmente el potencial que tiene trabajar en equipo. Este Programa nos ha dado muchas satisfacciones y está mostrando excelentes resultados después de 15 a 20 años, con variedades con un paquete tecnológico muy interesante”

Durante la temporada 2021/2022 el Programa de Mejoramiento Genético de Vides (PMGV) INIA-Biofrutales ha realizado días de campos para mostrar a la industria los avances de sus selecciones y variedades.

El año pasado, la novedad fue INIA-G3, una uva rosada sin semilla, con sabor moscatel, de atractivo color y textura, productiva y de buena guarda. Esta variedad fue lanzada comercialmente durante el 2021 y hoy ya existen empresas embarcándola a mercados como China e Inglaterra. Este año es el turno de la selección 3.3.142, uva blanca de época Thompson, que el año pasado sorprendió a los productores que visitaron los ensayos de evaluación.

Respecto de esta nueva selección, la genetista y directora del PMGV, Dra. Paola Barba, señaló que “se trata de una uva de mesa que se gestó en la primavera del 2006 y que desde la primera vez que se evaluó su fruta en 2013, ha ido cumpliendo todas las etapas que el mejoramiento tradicional exige a una selección.” Aclara que el próximo paso será presentarla a registro ante el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), y luego protegerla en el resto del mundo.

“La selección 3.3.142 podría ser la primera uva de mesa blanca de exportación 100% chilena” indica la Dra. Barba, quien la describe como “una uva blanca sin semilla, de baya ligeramente alargada y muy agradable de comer por su firmeza, textura y sabor. Además, es amigable con el productor, ya que la planta tiene buena fertilidad, el racimo es de manejo sencillo y alcanza fácilmente calibres de exportación sin perder la calidad y condición que exigen los mercados internacionales. Es productiva y se cosecha en época de Thompson Seedless, una variedad tradicional que va perdiendo presencia en los huertos nacionales”.

La investigadora de INIA y encargada del escalamiento del PMGV, donde se evalúan las selecciones bajo distintas situaciones climáticas y de manejo, Dra. Cecilia Peppi, destacó las características agronómicas, así como la productividad, sanidad y facilidad de manejo. “Nos entusiasma saber que estamos frente a un producto que puede ser muy bien recibido por la industria nacional y que cumple satisfactoriamente con nuestras exigencias, las del mercado y los productores”.

En cuanto a su potencial de postcosecha, el Dr. Bruno Defilippi, explicó que “ha sido muy bueno, llegando a 45 y 60 días con una fruta firme, con un raquis adecuado y un sabor muy agradable. Es importante destacar que no se ha observado la presencia de pardeamientos externos e internos, tanto a cosecha como después de las evaluaciones de simulación de envío a destino”, subrayó el investigador.

Comercialización

El gerente del Consorcio Biofrutales, Rodrigo Cruzat, quien junto a INIA y empresas privadas apoyan este programa de mejoramiento genético, compartió su entusiasmo con la Selección 3.3.142. “La disminución acelerada de hectáreas de Thompson Seedless supone una oportunidad desafiante para la industria. Creemos que esta selección podría ser parte del reemplazo de Thompson”, señala.

Una vez que se proteja ante el SAG, la empresa Andes New Varieties Administration (A.N.A), iniciará el proceso comercial. Andrés Valdivieso, Gerente Comercial de ANA Chile, coincide con INIA y Biofrutales, en cuanto a las proyecciones de esta uva de mesa. “Es sin duda una alternativa que la industria va a recibir de buena manera. No solo la robustez de las mediciones conducidas por INIA durante varias temporadas, sino las propias impresiones de nuestros clientes que la han seguido, hablan de un producto con gran potencial”, manifestó. Esta Selección, próxima en convertirse en variedad, se suma al desarrollo comercial de Maylen® (Iniagrape-one cv.) e INIA-G3 cv. “Son años de arduo trabajo del Programa para obtener estos resultados. Por lo mismo, debemos definir pronto el mejor modelo comercial para lanzar este nuevo producto al mercado. Los productores están expectantes”, puntualizó.

Acerca del Programa

El Programa de Mejoramiento Genético de Vides (PMGV) se inició en el Centro Regional del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA La Platina en el año 1988, bajo la dirección de Jorge Valenzuela. Desde esa fecha el foco ha sido utilizar cruzamientos dirigidos de variedades con atributos comerciales, enfocados principalmente en producción, calidad de exportación y buen comportamiento en postcosecha. En estos momentos el programa tiene tres variedades protegidas: una variedad de color negro Maylen® (‘Iniagrape-one’ cv.) registrada en 2012, y dos variedades rojas INIA-G2 e INIA-G3.

Apoyo de Corfo

El trabajo del PMGV cuenta con el apoyo de sus socios Biofrutales y empresas líderes del sector frutícola que han hecho inversiones a largo plazo. Todo el proceso de desarrollo de nuevas variedades, cuenta además con el apoyo de Corfo en proyectos de financiamiento para investigación y escalamiento.

“Desde hace más de 10 años, Corfo apoya Programas Tecnológicos que promueven la generación de una economía basada en el conocimiento y desarrollo tecnológico productivo que incluye actores relevantes de la industria. Es así como hemos impulsado el desarrollo de distintas especies frutales para poder contar con variedades 100 por ciento chilenas, como esta uva de mesa blanca de alto potencial comercial dada su calidad y condiciones únicas de cosecha. El futuro registro de esta variedad, se sumaría a las nueve variedades ya registradas que ha apoyado Corfo, que en su conjunto se producen en casi en mil hectáreas, con 500 productores y que han vendido más de un millón de plantas a nivel mundial” señala Pablo Terrazas, Vicepresidente Ejecutivo de Corfo

Los aportes público-privados han fortalecido la investigación y encaminan a Chile hacia un futuro más competitivo en la agricultura, que incluye el I+D+i, uniendo el mundo de la ciencia y la industria nacional e internacional.

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