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El aumento de la temperatura en la tierra ha desencadenado varios cambios en la biodiversidad, llegando hasta los lugares más australes. Estudio informa la primera evidencia en la Antártida de respuestas aceleradas de los ecosistemas al calentamiento climático.

El mundo está enfrentándose al calentamiento globalY lamentablemente, lugares como la Antártida no han quedado exentos de sus efectos.

Así lo comprueba una investigación publicada en Current Biology que estudió la expansión vegetal que está ocurriendo en Signy Island –una isla subantártica– que afirma que la temperatura media anual del aire tuvo una tendencia creciente entre los años 1960 y 2011 de +0,02°C por año, luego un periodo frío que fue rematado por +0,25°C posterior.

Pero ese no fue el único hallazgo. El aumento de las temperaturas en este sector ha beneficiado también el crecimiento y aumento de dos plantas nativas que pueden florecer: el pasto antártico (Deschampsia antarctica) y perla antártica (Colobanthus quitensis).

El pasto antártico duplicó su expansión entre 1960 y 2009 y luego nuevamente entre 2009 y 2018, dice el estudio. Mientras que la perla antártica tuvo un crecimiento aún mayor.

¿Por qué es tan relevante?

El estudio informa la primera “evidencia en la Antártida de respuestas aceleradas de los ecosistemas al calentamiento climático, lo que confirma observaciones similares en el hemisferio norte”, como riqueza de especies de plantas en las cumbres de las montañas de Europa o derretimiento del permafrost, que llevó a procesos erosivos en la Antártida continental.

“Hasta ahora, la mayoría de los científicos pensaban que la Antártida podría exhibir una especie de inercia a los impactos del cambio climático”, dijo a Insider Nicoletta Cannone, autora del estudio y profesora en la Universidad de Insubria de Italia.

“Nuestros análisis muestran que ahora la Antártida está respondiendo rápido y esto se debe al aumento de la tendencia al calentamiento”, agregó.

Peter Covey, miembro del British Antarctic Survey –institución dedicada al estudio de la Antártida– dijo a New Scientist que lo relevante de esta investigación es que se está empezando a ver un “cambio radical o un punto de inflexión” en un ecosistema tan delicado como el de la Antártida.

Algo que también preocupa a los expertos ante este aumento de temperatura y vegetación podría provocar cambios en la acidez del suelo y afectar a hongos, bacterias y en la descomposición de la materia orgánica. Además, especies invasoras podrían insertarse en el ecosistema y desestabilizar este sistema.

“Si extrapolamos lo que observamos en la isla Signy a otros sitios en la Antártida, también puede ocurrir un proceso similar”, explicó Cannone al mismo medio. “Esto significa que el paisaje antártico y la biodiversidad podrían cambiar rápidamente”.

En las zonas alpinas ya se estaba viendo este fenómeno, informó New Scientist en 2017. Debido a la formación de un clima más cálido, 126 especies de plantas doblaron su velocidad de crecimiento en comparación a especies nativas, perturbando este ambiente.

Otras alteraciones

Los lobos marinos también tienen un rol en la expansión de estas plantas en la isla, debido a la perturbación que estos causaban en la vegetación. Los lobos anteriormente influían pisando estas especies, pero ahora disminuyeron los números de este animal.

¿Por qué? Si bien, no se sabe la razón exacta detrás de esto, algunas de las opciones podrían estar relacionadas a la disponibilidad de alimentos y las condiciones del mar.

Mientras que otro efecto provocado por el cambio climático en esta zona es el movimiento de grupos de pingüinos que buscan un nuevo hábitat. Los Pygoscelis papúa o pingüino juanito son una especie que no suele estar en zonas muy frías, pero que, actualmente, se están reproduciendo en zonas más australes.

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