Comparte
El G7 aborda este viernes el efecto en precios y producción agrícola. Algunas empresas deciden seguir operando para paliar la crisis.
El conflicto entre Rusia y Ucrania se extiende y, con ello, el temor por un impacto prolongado de la crisis en el bienestar social. Uno de los efectos más directos ha sido el repunte del precio del petróleo y del gas, pero también ha tensionado los precios de los alimentos, sobre todo de los cereales y los aceites vegetales, considerando que ambas naciones son consideradas ‘graneros del mundo’.

Por ello, este viernes, los ministros de agricultura del G7 se reunirán de forma virtual para discutir las consecuencias de la invasión rusa en la seguridad alimentaria y cómo estabilizar los mercados de alimentos.

A esto se suma el efecto inflación, que se ha estado viendo de forma transversal. De hecho, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, su sigla en inglés), los alimentos subieron un 21% interanual en febrero.

Una caída de la producción de Ucrania con motivo de la guerra podría dar lugar a un desabastecimiento y llevaría al sector agroganadero a tener que buscar otras alternativas, a un precio más alto. De hecho, distintos sectores están pidiendo a la Unión Europea que flexibilice las condiciones y normas de seguridad alimentaria para poder importar cereales de naciones como Argentina o Brasil, en sustitución de los rusos y ucranianos.

Defensa empresarial

En este sentido, y si bien centenares de empresas han decidido abandonar el territorio gobernado por Vladimir Putin, otras defienden mantener sus operaciones para ayudar a paliar la crisis.

Tal es el caso de Danone, Nestlé, Fast Retailing, McDonald’s, Burger King y Papa John’s.

Ayer, la primera defendió su decisión asegurando que tiene ‘una responsabilidad con las personas a las que alimentamos, los agricultores que nos proporcionan leche y las decenas de miles de personas que dependen de nosotros’.

La firma francesa tiene unos 8.000 empleados en todo el territorio, y la mayoría de sus ingresos provienen de las ventas de lácteos y yogures.

Pocos días antes, Nestlé -el mayor grupo de alimentos del mundo-, reabrió sus fábricas y almacenes en Ucrania, en un intento por garantizar el suministro de alimentos y bebidas esenciales.

Por su parte, Fast Retailing, la firma asiática matriz de Uniqlo, dijo que seguirá operando por considerar que ‘la ropa es una necesidad para vivir’. Aunque el director ejecutivo Tadashi Yanai está en contra de la invasión e instó a todos los países a oponerse, dijo que cuestiona las presiones a las empresas a tomar decisiones políticas.

Fuente: DF

Últimas Noticias

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *