En conversación con El Agro, de radio Agricultura, la autoridad regional señaló que: este protocolo que hemos creado de racionamiento de agua es una mala y una buena noticia a la vez: la mala es que esta crisis hídrica que tenemos es inédita en nuestra región y en nuestra ciudad. Nunca antes en la historia de nuestra ciudad de Santiago, son 481 años, se había planteado si quiera la posibilidad de no tener agua para el consumo humano, bueno, hoy somos un asentamiento con 8 millones de personas, y esa posibilidad existe. Por lo tanto, la razón por la que hemos creado este protocolo es que antes no teníamos ni siquiera la forma de cómo enfrentar esta escasez y ahora existe en el corto plazo. La buena noticia ahora es que este plan existe, hemos coordinado a todos os actores públicos como gobierno regional: Aguas Andinas, la Superintendencia, La Onemi, el Ministerio de Salud, los Bomberos y el Ministerio de Obras Públicas.
Y junto con hacer este protocolo ahora viene la tarea más importante: el plan de acción para evitar que se use. Es decir, ya sabemos que vamos a hacer en caso de que nos falte el agua, y qué acciones concretaras pueden acometer la empresa, el Estado, la agricultura y también las personas para que no tengamos que llegar a esta situación extrema.
Quiénes consumen más agua?
En el caso de la RM, el 68% de consumo de agua de la región es la agricultura, 22% es el consumo humano, 9% la industria y 1% la minería. Cuando se hace un zoom, a la provincia de Santiago, es decir San Bernardo incluido, ahí el consumo humano es de un 77%, un 12% comercial, un 8% industrial, y el resto, demases. A diferencia de las demás regiones de Chile, donde hay c y mucha actividad económica, en Santiago hay mucha población, entonces sin ser el más importante, porque la agricultura es más importante, el consumo humano es un actor relevante.
En qué consiste el protocolo?
Tenemos 4 etapas, hoy estamos en la segunda: alerta temprana preventiva. Una alerta amarilla donde las empresas sanitarias bajaron la presión a niveles más bajos de lo que permite la norma y también se activan todos los protocolos de emergencia con el resto de la ciudad. Y ya la alerta roja es racionamiento puro y duro, es decir, vamos a tener cortes programados dependiendo de la zona de la capital. Si partimos por la zona oriente, que es lo más probable, Vitacura, Las Conde y Lo Barnechea, que son las que más consumen, sino que además dependen del cause del río Mapocho, y no del Maipo, que es más importante, pueden tener cortes anticipados cada 12, 6 o 4 días, de acuerdo a la gravedad.
En el caso del resto de la ciudad si tuviéramos déficit sobre 3 mil litros por segundo, lo que se va a requerir, con la excepción de Maipú, Cerrillos y estación Central, se va dividir en 6 grandes sectores, y van a tener 1 corte de hasta 24 horas por cada uno de los cuadrantes.
Cómo tratamos de no llegar ahí?
Este verano estuvimos a punto, y en el invierno dependiendo no solo de la cantidad de luvia que tengamos, sino del tipo de luvia que tengamos, si llueve a 4 mil mts. de altura esa lluvia no nos sirve para la primavera y verano porque se escurre inmediatamente. Si, al revés, nieva en la parte alta de la ciudad y la cordillera esa es agua que tenemos para la ciudad. Así es que va a depender dentro de los próximos 12 meses lo que ocurra en este invierno, pero los pronósticos son malos.
Empezar a cambiar la cultura en el consumo de las personas, una mayor fiscalización e incentivo para que las empresas ahorren, mayor tecnificación del riego, la posibilidad de que en Santiago y en Chile se reutilicen las aguas grises, todo eso es parte de la estrategia de acción que tenemos que empezar a aplicar ahora para evitar racionamiento, si no, el racionamiento es la última medida pero es la única que tenemos para evitar un corte total de agua en Santiago.
Un protocolo de racionamiento de agua es equivalente a un protocolo de terremoto. Sirve para palear la crisis, pero no te prepara para la próxima. La gente sigue rezándole a San Isidro para que llueva pero lo que no termina de asumir es que el cambio climático llegó. Santiago lleva 13 años de sequía, tenemos los caudales más bajo de la historia, qué más evidencias necesitamos para entender que tenemos que cambiar.
Se podrá extender esto a algunas provincias?
El plan de acción de emergencia hídrica tiene que ser para toda la región. Tenemos que hacer un llamado a agricultores grandes, medianos y pequeños, así como a grandes consumidores industriales de que independiente de cuán obligatoria sea la ley o no, tenemos que hacer acciones para el ahorro de agua. En Lo valedor tiene proyecto propio y hace un par de años ya están ahorrando el 40 % de agua que utilizan. Ahí hay un ejemplo.
Y los municipios tienen que tener un liderazgo por eso estamos haciendo una ordenanza de uso racional del agua.
Cómo se está trabajando con los agricultores
Con las comunas rurales las hemos apoyado especialmente a aquella que aún no tienen agua para el consumo de su población, con los APR, queremos dejar dentro de los próximos 3 años a todas las localidades de la región con agua a través de pozos profundos. Y lo otro hemos estado trabajando a través de fondos de innovación y competitividad cómo tecnificar y mejorar el riego de la región. Lo que viene ahora es proyecto de masificación y ahí necesitamos apoyos de otros ministerios. Todos podemos contribuir, aunque el aporte de uno no sea lo más importante. Por ejemplo, Lo Valledor tiene un programa de ahorro propio de 40 % de agua. Ese es un ejemplo concreto.
Ciudadanía
Tiene muchas cosas que hacer… lo mismo que con la contaminación. Qué puede hacer, claramente regar en horarios donde no hay sol, el uso del agua en la casa, ocupar el agua con mayor responsabilidad.
Modelo a replicarse?
Es el primer modelo. Yo espero que no haya que replicarlo porque quiere decir que estamos muy mal. Espero, más bien, que tengamos un plan de acción para evitar el racionamiento. Pero el cambio climático va mucho más rápido que nuestra capacidad de reacción, pero en el contexto actual era necesario, y era mi responsabilidad como Gobernador exigir un protocolo para ponernos en el peor de los escenarios. Si no llegamos ahí, fantástico, pero si llegamos, al menos que estemos preparados.