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Las especies nativas como litre, quillay, espino, huingán, peumo y algarrobo, que habitan
principalmente en la zona central de Chile se han visto afectadas por diversos factores climáticos.


Es fundamental seguir incrementando, conservando y asegurando la permanencia en el tiempo de especies nativas presentes en nuestro país.
Existen diferentes biotecnologías disponibles para la conservación e identificación de especies vegetales y nativas de alto valor ecológico que el INIA La Cruz se encuentra estudiando como parte del proyecto “Contrato de servicio especializado en propagación, difusión y mantención de 9 especies nativas de la región de Valparaíso” con el financiamiento de ISA interchile y cuyo objetivo es entregar conocimiento en prácticas que seutilizan en apoyo a la conservación de especies nativas.
Seminario online abordó precisamente la propagación de plantas por cultivo in vitro, uso del código de barra genético y uso de drones como algunas de las herramientas que se pueden utilizar.
Juan Pablo Rubilar, Magister en biodiversidad y conservación, especialista ambiental de ISA Interchile, quien abrió el webinar sobre Tecnologías y prácticas aplicadas para la conservación de plantas nativas chilenas planteó la importancia de avanzar en el conocimiento de especies silvestres para reproducirlas, adaptarlas y llevarlas a terreno. “Este es un desafío relevante poder avanzar en el desarrollo de la investigación, tecnología e innovación desde la sustentabilidad y la conservación de la biodiversidad, para poder dar cumplimiento asociados a las medidas de compensación y sobretodo por el conocimiento de especies silvestres para reproducirlas y adaptarlas”. Este, precisó, es un desafío enorme, estamos generando protocolos de reproducción en condiciones avanzadas en términos de tecnología que permitan finalmente implementar todas las extracciones
de reproducción de distintas especies para compensar los efectos que genera la construcción de la transmisión eléctrica presente en rutas viales. Los que de aquí salgan van a ser para el valor de la biodiversidad nacional”
Mauricio Cisternas Báez, Ingeniero Agrónomo M.Sc. Ph.D (c), Investigador y Jefe de Horticultura Jardín Botánico Nacional da cuenta de algunos estudios en los que se ha utilizado el código de barra genético para la identificación de distintas especies, ya sea plantas, animales, hongos, utilizando un segmento o un trozo del ADN genómico. Dijo que esta es una tremenda herramienta biotecnológica que se utiliza bastante a nivel mundial. Pero, en Chile existen investigaciones muy sucintas.
Destacó que en el planeta existen alrededor de 8 mil especies de plantas y animales y, sin
embargo solo se conoce una porción muy pequeña. Por eso, tenemos el gran desafío de
desarrollar el código de barra genético, como herramienta biotecnológica, para la identificación correcta de especies de plantas antes que éstas se extingan. Recordemos, dijo, “estamos en un proceso de la sexta extinción masiva de la biodiversidad mundial, que implicaría la desaparición de un gran número de especies de plantas y animales”.
Alrededor de 50% de las plantas que crecen naturalmente en Chile son endémicas (únicas) de nuestro país y eso le da una tremenda importancia desde el punto de vista de la conservación.
Se calcula que existen a la fecha 14 millones de registro de especies. Y, desgraciadamente solo en plantas con flores se conocen 4.854 especies registradas.
La importancia de tener las muestras identificadas con código genético permite realizar estudios de germinación para conservar estas plantas. “Es importante ligar en programas de conservación no solo la especie en sí sino además su dependencia de micorrizas ya que las micorrizas son muy importantes para conservar estas plantas en Chile”.
El investigador y jefe de horticultura del Jardín Botánico, preocupado por la situación que
enfrentan algunas especies en nuestro país por sus graves problemas de conservación se dedicó a estudiar las micorrizas en orquídeas. “En Chile existen alrededor de 72 especies de orquídeas y la mayoría son endémicas, es decir, sólo se encuentran aquí, en ningún otro lugar del mundo”.
El investigador ha logrado propagar de manera exitosa alrededor de 20 especies de orquídeas chilenas de las cuales cinco se encuentran en peligro de extinción. Comenta que en la Región de Valparaíso, Chloraea heteroglossa y Chloraea disoides están en peligro de extinción y se conocen muy pocas poblaciones.
Durante el estudio se pudo identificar a partir del código de barra la micorriza de una de las
especies de orquídea sin la necesidad de esperar a que florezcan para tomar el material y hacer estudios de conservación”. “Estas plantas son muy vulnerables no solo por la acción antrópica sino también porque tienen esta dependencia de polinizadores y de su micorriza para desarrollar una plántula y poder establecerse. Para que las semillas de orquídeas puedan germinar necesitan la presencia de los hongos micorrícicos ya que son los que establecen relaciones simbióticas con las raíces”.
El INIA, con fondos de InterChile, en su labor de contribuir al desarrollo productivo y al
mejoramiento de la competitividad del sector agrícola, ganadero y forestal ejecuta dos proyectos para apoyar las actividades de reforestación, enriquecimiento y mejora del entorno paisajístico y de educación ambiental: “Construcción de Vivero Regional Comunitario que apoye las actividades de reforestación, enriquecimiento y mejora del entorno paisajístico” y “Contrato de servicio especializado en propagación, difusión y mantención de 9 especies nativas de la región de Valparaíso”.
Pablo Morales Tapia. Ingeniero Agrónomo, Magíster en Producción Agroambiental y Doctor en Ciencias de la Agricultura se refirió a la conservación de genotipos de interés o de germoplasmas ya sea a nivel de individuo de una misma especie o de múltiples especies que puedan estar en peligro.

En un proyecto de la Comisión Chilena de Energía Nuclear e investigadores de la Escuela de agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso se está trabajando con tres especies utilizando la técnica del cultivo in vitro o la micropropagación para la conservación de especies amenazadas. “El cultivo in vitro surge como una alternativa de conservación para especies, por ejemplo, que tienen semillas recalcitrantes, que no pueden ser almacenadas por mucho tiempo, como el peumo. También para algunas especies que producen poca semilla y que bajo adecuadas condiciones sanitarias y de manejo se puede realizar una adecuada conservación de los materiales”.
La generación de bancos de germoplasma in vitro permite la conservación de especies vegetales. ”A nivel in vitro podemos conservar en pequeños frascos un volumen bastante pequeño (100, 200 ml) decenas de plantas y genotipos distintos. “Si quisiéramos conservar 20 ó 30 genotipos que provengan de lugares distintos requeriríamos una gran superficie de terreno para realizarlo”.
El cultivo in vitro o cultivo de tejidos vegetales es una técnica de propagación vegetativa. Lo que buscamos es a partir de una pequeña porción de planta, un medio de cultivo, bajo condiciones de esterilidad absoluta y en condiciones de laboratorio generar nuevo tejido vegetal el cual va a ser clonal a partir de la planta con la cual estamos trabajando.
Otros expositores que entregaron conocimiento en prácticas que se utilizan en apoyo a la
conservación de especies nativas fueron Javier Escobar Sanchez, Magíster en gestión ambiental  y consultor en Inngeoma, quien se refirió al Uso de drones y técnica AFI como herramienta de gestión ambiental en proyectos de conservación, mitigación, restauración y compensación de recursos naturales; y Julia Rubio Astudillo, Dra. en Ciencias Silvoagropecuarias y veterinarias que se refirió al Análisis del perfil fitoquímico y evaluación de la actividad biológica de extractos
obtenidos de cultivo in vitro de la planta chilena nativa, medicinal mapuche, Palo Negro
(Leptocarpha rivularis) y del árbol Canelo (Drimys winteri).
Algunas especies pueden desaparecer a nivel local y esta extinción de poblaciones, representa una pérdida irreparable de su material genético. Por eso, los bancos permiten la preservación de semillas en el tiempo y la valoración de los recursos genéticos mediante su estudio. Son la fuente o base del material para planes de restauración ecológica, entre otras múltiples posibilidades.
Para el desarrollo de estas acciones se cuenta con el apoyo del Banco Base de Semillas del INIA, ubicado en Vicuña donde, hasta ahora, hay cerca de mil 190 de ellas (25%) especies de flora nativa y las semillas resguardadas para restauración ecológica y su uso en investigación, de las 5 mil especies existentes en el país. Además, se realizó labores de colecta en diferentes zonas de la provincia de Quillota con el objetivo de ser un aporte a la preservación de la flora en Coquimbo, Valparaíso y Santiago y así poder resguardar el material genético de especies en extinción y generar a futuro una masiva plantación de individuos en la zona centro norte del país.
Este webinar fue gracias a la articulación público- privada y tuvo como objetivo la conservación, protección y difusión del conocimiento en la flora y vegetación nativa vinculándose de un modo más estrecho con las personas en su diario vivir y en su formación educacional.

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