Wild
Cedida.
Comparte

La casa patronal perteneciente a la familia Wild, de origen suizo, en el Fundo San Miguel ubicado en el sector de Cañicú, en la comuna de Alto Biobío, resultó completamente quemada la noche del miércoles 4 de mayo tras permanecer tomada por encapuchados los últimos meses y recibir amenazas de destrucción de la vivienda.

A pesar de que el fundo se encontraba con resguardo policial, la pérdida fue total. En El Agro conversamos con Otto Wild, dueño del fundo, para conocer su situación actual.

En su relato, Wild señala que está en una “difícil situación”, y recuerda que antes del siniestro de su casa, “mi nuera habló con esta gente, y luego mi hijo, y les dijeron que no querían discutir, que solamente querían el fundo, que nos dejaban tres semanas para sacar todo y listo”.

Además, señala que “muchos años atrás me habían pedido el fundo, pero uno llamaba a Carabineros, ellos venían y les decían que este fundo estaba en manos nuestras, pero no de esta forma”.

En esta oportunidad, Wild describe que gracias a que Carabineros llegó rápido al lugar rápidamente, ellos “no pasaron a la casa, pero destruyeron cosas al otro lado del puente para bloquear la entrada principal, que es algo bastante violento cerrar la entrada principal por cualquier emergencia. Tuvimos que pasar por atrás del fundo, un camino no muy bueno”.

Este agricultor, que producía pasto para alimentar animales, vacas, ovejas, señala que tenían las tierras listas para sembrar. “Queríamos sembrar avena, pastada, pero ahora no se puede”, se lamenta.

A pesar de que ese sigue siendo su propiedad, Wild no quiere volver al fundo. Explica que “la entrada principal todavía está bloqueada, los encapuchados todavía están ahí, podemos entrar por atrás pero no nos atrevemos y no queremos arriesgar la vida ni la de nuestros trabajadores”.

La situación tiene devastada a esta familia. “Imagínese que yo venía en 1975 acá para trabajar con el gobierno chileno, para el SAG, en un proyecto de conservación de la cuenca del Biobío, tratando de ayudar a la gente para que mejoren sus prácticas, y también trabajamos con profesionales chilenos, y después de todo eso es difícil”.

Agrega que “mi hijo ha estado también todo el tiempo arriba, trabajamos con comunidades, mi hijo les prepara los campos, y pienso que también lo apreciaron, pero de un lado nunca quisieron aceptarnos. No sé qué es, es bien extraño”.

Hasta la fecha, Wild no ha recibido ayuda del Estado por el atentado a su casa. “En el primer incidente, nos quemaron hasta 5 caballos vivos y ahí recibimos una pequeña ayuda de parte de una Seremi, pero era un 10% de todos los daños. Después, en el segundo, cuando quemaron la mini central hidroeléctrica era todo a nuestro cargo, tuvimos un seguro por suerte que pagaba un 80% del siniestro, y reconstruimos pero no se alcanzó a reconstruir todo y eso todavía está funcionando”.

Últimas Noticias