Mark David Chapman se grabó a fuego en el subconsciente de los fanáticos de la música en 1980, cuando asesinó a John Lennon, vocalista de “The Beatles”. Hace poco más de un mes, Chapman declaró en busca de conseguir de la libertad condicional. Fue su undécimo intento fallido por conseguir este beneficio.
El Estado publicó la transcripción de los dichos de Chapman en su última petición. “Lo asesiné, porque él era muy, muy, muy famoso y esa es la única razón y yo buscaba en gran, gran, gran medida la gloria para mí. Muy egoísta”, dijo el asesino.
En ese sentido, el victimario de John Lennon agregó: “Mis acciones fueron espeluznantes y despiadadas. Todo el tiempo pienso en el dolor que le ocasionó a la esposa de Lennon, Yoko Ono. Sólo quiero que ella sepa que ella conoce a su marido como nadie más y sabe el tipo de hombre que fue. Yo no”.
En el relato, Chapman también recordó aquel 8 de diciembre de 1980, cuando antes de dispararle a Lennon, el músico le había autografiado su más reciente álbum como solista. “Él de hecho fue amable conmigo ese día”.
Por último, el asesino sostuvo: “No tendría ninguna queja si deciden dejarme en prisión por el resto de su vida. Merezco cero, nada. En aquel entonces merecía la pena de muerte. Cuando planeas intencionalmente asesinar a alguien y sabes que está mal y lo haces por ti, eso es una pena de muerte ahí mismo, en mi opinión”.