Sebastián Keitel
Captura Canal 13
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El diputado de Evópoli, Sebastián Keitel, recientemente participó del programa de Martín Cárcamo, “De tú a tú”, en donde entregó detalles de la depresión que sufre y reveló que lleva 19 años tratándose con medicamentos.

El político, que también es deportista y atleta que incluso alguna vez fue el hombre “blanco más rápido del mundo”, detalló las lesiones que sufrió.

Tras sus positivos años en el deporte del 98 y 99, el año 2000 se cortó el tendón de Aquiles tras una carrera en Tenerife, España. “Perdí todos mis contratos publicitarios, perdí toda la beca del Estado, todo Martín, pasé de todo a nada en dos segundos”, afirmó.

Así, el deportista se sometió a una operación en Finlandia, para luego llegar a Chile a reencontrarse con las marcas que dejaron de auspiciarlo. En este contexto, señaló: “Ya no les servía, era un producto desechable para ellos“.

“Colgué las zapatillas y chao”

Luego de dos años y medio para demostrar que sí podía competir, llegó a clasificar a los Juegos Olímpicos, pero se cortó el tendón de Aquiles de la otra pierna.

“Después vuelvo a preparar los Juegos Olímpicos de Beijing, yo ya teniendo 33-34 años, ya se me habían cortado los dos tendones y dije: ‘Ya estoy parejito’, y se me volvió a cortar por tercera vez. Y a los 34 años colgué las zapatillas y chao“, afirmó.

Tras regresar a Chile y retirarse de su carrera, el velocista señaló que de un día a otro comenzó a sentir que “mi señora ya no me quería, que los auspiciadores ya no me querían, que no iba a volver a nunca más a correr, que la gente ya no me admiraba, que ya no era el que quería ser para mi familia (…) Empecé a sentirme que era nada, que no era nadie“.

“Y así han sido los últimos 19 años donde he tenido que luchar contra una depresión grande que se me gatilla en momentos que me lleva muy arriba y a veces me lleva muy abajo. Y llevo 19 años manteniéndome con medicamentos nomás, y entendiendo lo que significa la salud mental en Chile”, añadió luego.

Producto de su depresión, Keitel se fue a vivir solo a Estados Unidos por cuatro meses, cuando su hija tenía 6 meses y su hijo 3 años. “Sentía que era un cacho estando en mi casa, que no servía para mis hijos, que no servía para mi exseñora, que no servía para mi mamá, nada”, explicó, para luego detallar qué hacía en Estados Unidos, donde reveló que “nada, no hacía nada, estaba todo el día dentro de una pieza llorando“.

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