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Catalina Palacios tiene un amor por la danza desconocido que nace desde que era muy pequeña.”Mi primer llamado fue cuando niña, presioné a mis papás desde los 3 hasta los 12 años para que me dejaran practicar ballet clásico, pero ellos nunca quisieron”, confesó.

Al no poder entrar a ballet, se metió en gimnasia rítmica. “Yo tenía demasiadas condiciones y un profesor, Pedro Castillo, quería que yo compitiera, así que me consiguió a escondidas la malla del uniforme del colegio, las zapatillas, todo. También mandó una carta a mis papás. Pero ellos no quisieron que siguiera y me sacaron a los 12. Para mí fue muy terrible, a esa edad eso era todo en lo que pensaba, andaba por las paredes haciendo los ejercicios”, cuenta.

Su segundo acercamiento fue al salir del colegio, cuando consiguió trabajo en un banco. “Me sentía fuera de lo que me apasionaba, del camino artístico. Entonces busqué todas las alternativas para acercarme, y bailé en varios grupos folklóricos, estuve en el coro juvenil del Teatro Municipal y en un ballet pascuense”, dice.

Pero recién su tercer acercamiento fue más satisfactorio, cuando a los 21 años ingresó a un casting para un programa llamado “Mekano”. “Yo nunca he sido de ver televisión, entonces cuando quedé me puse como loca a ver el programa para entenderlo, y me tomé súper en serio el tema del baile, porque era mi oportunidad para hacer lo que quería”, cuenta Cata, quien estuvo en el programa juvenil de Mega sólo un año y medio, pero suficiente para mantenerse vigente en TV.

Su carrera televisiva

De ahí derivó a la actuación en series y en la animación de programas como “Yingo”. Pero el baile lo retomó sólo en otros dos estelares de danza, “El Baile en TVN” en 2007, y “Fiebre de baile” en 2011, además de seguir practicando zumba por su cuenta.

“Ahora después de 4 años estoy muy muy ansiosa por bailar. Lo que me motiva a entrar es el amor por la música y la danza, lo sanadora que es, por lo que es mi deporte favorito”, dice Cata.

Acerca del programa -que confiesa no haber visto mucho por no tener televisor-, dice que se ha preocupado de ver algunas presentaciones. “Admiro las puestas en escena de los demás bailarines, las disfruto muchísimo. Me dan ganas de estar ahí cuando las veo. Eso me pasa no sólo con este programa, yo siempre estoy mirando videos de personas que hacen este arte. Paso horas viendo a bailadoras de flamenco, por ejemplo, es algo que admiro mucho”.

Otra cosa que la motiva es los compañeros con los que se topará en el programa. “Los participantes con los que competiré me encantan. Son sólidos y hay varios que conozco y es un gusto muy grande encontrarme con ellos aquí, volver a ver sus caras y compartir desde el otro ángulo más de la competencia. Me impulsa a ponerle todo de mí”, señala.

Finalmente, dice tener claro el nivel de exigencia del programa, y que lo que pretende es tomárselo más como un aprendizaje. “El nivel de exigencia del programa le da más emoción y más vértigo. Me he estado preparando con toda la pasión y disfrute que tengo, cada momento que tengo para ensayar lo vivo intensamente”.

“Yo creo en la competencia, pero en la competencia de ser competente y de mejorarse a uno mismo. Vengo a disfrutar y a competir principalmente conmigo misma, a dar lo que siento y perfeccionarme en muy pocos días lo que más pueda aprovechando el conocimiento de los expertos. Es como tomar clases intensivas las que disfrutaré con mi alma, y estoy tremendamente agradecida por la invitación”, finaliza.

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