HANS SCOTT / AGENCIAUNO
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El caso del obispo católico acusado de violar repetidas veces a una monja entre 2014 y 2017, ha golpeado la imagen de la Iglesia en el estado de Kerala.

Tras un interrogatorio realizado por las autoridades de esa zona del suroeste de la India, se estableció que el religioso “abusó de su posición de poder” para cometer el crimen. Sin embargo, indicaron no será detenido será hasta que la información “sea verificada”.

A esta denuncia se sumó otra investigación por agresiones sexuales de cuatro sacerdotes pertenecientes a la Iglesia Ortodoxa Siro-Malankara, que, según a agencia EFE, atacaron a una mujer que inicialmente fue violada por uno de ellos, y al denunciar el acto a los otros tres curas, estos también abusaron de ella, utilizando la información en su contra.

Según el abogado del cura que abusó primero, este y otro se entregaron a la justicia. Los otros dos gozan de libertad bajo fianza. Todos sostienen que son inocentes.

Aunque la Iglesia prometió colaboración y castigo para los culpables, la fuente reseñada por EFE afirma que no han prestado ninguna colaboración.

Los abusos y la impunidad ha puesto en tela de juicio la credibilidad de la institución y quienes la representan, en la región donde el 18% de los habitantes son cristianos

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