AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT
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Los trabajos para remover los escombros de la escuela privada Rébsamen de Ciudad de México, donde murieron 19 niños y siete adultos tras su desplome por el terremoto del pasado 19 de septiembre, iniciaron este lunes, informaron autoridades.

Tras un acuerdo alcanzado días atrás entre los padres de los niños fallecidos y la fiscalía -que lleva un proceso judicial por el derrumbe de la escuela, presuntamente por fallas estructurales-, trabajadores de la secretaría de Obras de la capital iniciaron los trabajos en la zona del Rébsamen, localizado en el sur de la ciudad.

“Empezamos con la delimitación de la zona y los estudios para determinar cómo se van a bajar las lozas a nivel de piso”, dijo a la AFP Oscar Jiménez, director de Información de la secretaría de Obras.

Un equipo de la AFP constató cómo por la mañana trabajadores colocaron vallas de madera en torno a la estructura siniestrada, mientras que pasado el mediodía se empezaron a remover parte de los escombros.

El despacho de abogados que representa a algunos de los padres de los menores que murieron explicó a la AFP que “por ahora sólo se va a remover la parte que afecta a las casas de vecinos” de la escuela.

Se mantendrán los restos, sostenidos con polines y otros materiales, del área donde se registró la mayor parte del derrumbe y donde murieron los menores.

Parte del Rébsamen se desplomó, según peritajes, por la construcción encima de la escuela, con permisos irregulares, de un lujoso apartamento de la propietaria que tenía pisos de mármol y un jacuzzi.

Mónica García Villegas, la propietaria de la escuela, se encuentra prófuga de la justicia.

Los padres de los niños fallecidos también han denunciado a distintas autoridades como probables responsables de un tráfico de permisos de construcción irregulares.

Entre las autoridades señaladas destaca Claudia Sheinbaum, alcaldesa electa de Ciudad de México y que en el momento de la tragedia gobernaba el sector Tlalpan, donde se localiza el Rébsamen.

Sheinbaum ha rechazado toda responsabilidad de lo ocurrido en el colegio, que se convirtió en uno de los epicentros de la tragedia del terremoto. Ese sismo recordó a los mexicanos el ocurrido otro 19 de septiembre, en 1985, de 8,1 grados y que dejó amplias zonas de la ciudad en ruinas y más de 10.000 muertos.

El de 2017, de 7,1 grados y cuyo epicentro estuvo a unos 150 km de la capital, dejó 369 muertos en el centro y sur del país, la mayoría en Ciudad de México, y provocó el colapso de decenas de edificios.

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