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La guerrilla ELN (Ejército de Liberación Nacional) admitió su responsabilidad en el ataque a una escuela policial en Colombia que dejó una veintena de muertos, evocando una operación “lícita” en guerra, pero insistió en retomar los diálogos de paz enterrados por el atentado.

“La operación realizada contra dichas instalaciones y tropas es lícita dentro del derecho de la guerra, no hubo ninguna víctima no combatiente”, dijo la dirección nacional de la guerrilla en un comunicado divulgado la madrugada del lunes en su página de internet.

El atentado a través de un coche bomba acabó con la vida de 20 estudiantes de la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional y con el presunto atacante. Esta acción motivó que el presidente de Colombia Iván Duque pusiera fin a la mesa de diálogo que se desarrollaba en La Habana.

Según el comunicado del ELN, la Escuela Cadetes de la Policía Nacional es una instalación militar y allí “reciben instrucción y entrenamiento los oficiales que luego realizan inteligencia de combate, conducen operaciones militares, participan activamente en la guerra contrainsurgente y dan trato de guerra a la protesta social”.

© Agence France-Presse

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