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Tres policías murieron y otros siete resultaron heridos en un atentado con cilindros de gas cargados de explosivos perpetrado contra una estación policial en Santander de Quilichao, un municipio enclavado en una conflictiva zona del suroeste de Colombia.

“Condenamos el cobarde atentado terrorista en Santander de Quilichao que deja a 3 de nuestros policías muertos y 7 heridos. La orden a nuestra Fuerza Pública es identificar a los responsables de este hecho“, expresó el presidente Iván Duque en Twitter.

Dos de los siete heridos están graves, dijo a AFP el secretario de gobierno municipal, Jaime Asprilla. 

El ataque ocurrió alrededor de las 21:00 horas locales de la jornada del viernes y no guarda relación con las protestas que sacuden desde el jueves al gobierno de Duque, explicó el funcionario.

“Es un atentado de grupos organizados que manejan recursos y que tienen que ver con el tema de la droga” en el departamento del Cauca, del que Santander de Quilichao hace parte, agregó Asprilla.

El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, aseguró que la onda explosiva provocó daños en viviendas cercanas habitadas por civiles.

Asprilla aseguró que la alcaldía decretará toque de queda hasta el domingo para garantizar el orden público y la seguridad de los habitantes.

Disidentes de la exguerrilla FARC, rebeldes del ELN y bandas narco de origen paramilitar se disputan el control territorial del Cauca, que tiene miles de hectáreas sembradas de narcocultivos y es una salida estratégica de droga por el Pacífico con rumbo a Estados Unidos.

Esa región, con fuerte presencia indígena y negra, ha sido epicentro reciente de asesinatos selectivos contra líderes sociales, guardias indígenas y activistas.

A finales de octubre y principios de noviembre se presentaron dos matanzas y otros asesinatos más, que dejaron un saldo de 16 asesinados, la mayoría indígenas, según indica la Defensoría del Pueblo.

En lo corrido del año la oficina en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU ha documentado al menos 52 asesinatos en territorio de los indígenas nasa, en el norte de la región.

El gobierno de Duque respondió a la ola de violencia con el anuncio de despliegue de 2.500 militares de élite para combatir a las disidencias de las FARC, responsables de los homicidios.

Duque relaciona la violencia en el Cauca con el narcotráfico y “el crecimiento exponencial” de narcocultivos de los últimos años, que alcanzaron 169 mil hectáreas en 2018, según la ONU.

Tras décadas de persecución a las drogas, Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína y Estados Unidos, su mayor consumidor.

 

AFP.

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