edificio miami
AP
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Esta semana se hizo popular en los medios estadounidenses la historia de Harry Rosenberg, un hombre de 52 años que actualmente está desaparecido tras el derrumbe del edificio de Miami, en Florida. Según recogieron los medios locales, harry perdió a su esposa a causa del cáncer, y tras esto a sus padres, quienes fallecieron al contagiarse de Covid-19.

Con la intención de cambiar de aires y empezar de nuevo en la vida, decidió viajar hacia Florida. Sin embargo, en este lugar se convirtió en uno de los cientos de desaparecidos en el derrumbe del condominio.

Rosenberg partió su residencia en Florida arrendando en lugares más pequeños hasta ahorrar lo suficiente para comprarse un departamento  en el edificio Champlain Towers South.

Parecía que la suerte cambiaba para Harry, ya que tras darse a conocer en su comunidad como un judío practicante, se unió a una sinagoga en la cual tenía varios amigos.

Según Bloomberg, Rosenberg había vuelto a Nueva York para presenciar el nombramiento de su segundo nieto. Posteriormente retornó a Florida junto a su hija y su yerno, el mismo día en que se produjo la tragedia de Miami. Actualmente los tres forman parte de los 149 desaparecidos entre los escombros.

“Me dijo ‘es el próximo capítulo de mi vida’. Pasó por el infierno. Sus padres fallecieron. Su esposa falleció”, dijo en declaraciones a AP Steve Eisenberg, un amigo de la sinagoga de Harry.

Otro de los conocidos que se refirió a Rosenberg fue el rabino fundador de la sinagoga, Sholom D. Lipskar, quién aseguró que Harry llegó a Florida “para poder respirar un poco” tras las tragedias que le tocó vivir.

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