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El 28 de febrero el Ejército de Rusia utilizó bombas de racimo contra la ciudad Kharkiv, la segunda urbe más grande de Ucrania, donde al menos murieron tres civiles, según informó este viernes Human Rights Watch (HRW).

De acuerdo a la organización internacional de derechos humanos no gubernamental, las municiones de racimo fueron lanzadas contra al menos tres zonas residenciales. “Las entrevistas a dos testigos y el análisis de 40 vídeos y fotografías revelan el uso de submuniciones lanzadas por cohetes de munición de racimo 9M55K Smerch de fabricación rusa“, señalan desde HRW.

Asimismo, Naciones Unidas informó que, debido a este ataque, murieron nueve civiles y hubo 37 heridos. “Kharkiv está siendo atacada incesantemente por las fuerzas rusas y los civiles se están escondiendo en los sótanos para evitar las explosiones y los escombros“, dijo Steve Goose, director de la división de armas de HRW, quien agregó que “el uso de municiones de racimo en zonas residenciales muestra un menosprecio descarado e insensible por la vida de las personas“.

La bomba de racimo se abre en el aire y dispersa decenas o centenares de municiones, donde no todas explotan con el contacto terrestre, sino que algunas quedan como minas terrestres si se tocan. Utilizar este tipo de armas está prohibido utilizarlas en zonas residenciales por el derecho internacional, ya que es un peligro duradero para los civiles. HRW precisa que Rusia y Ucrania “no son parte de este tratado” internacional que prohíbe este tipo de ataque.

“Dada la naturaleza intrínsecamente indiscriminada de las municiones de racimo y sus efectos previsibles sobre la población civil, su uso, tal y como se ha documentado en Kharkiv, podría constituir un crimen de guerra“, sostiene el organismo internacional.

Estamos viendo cómo se acumulan las pruebas de los ataques indiscriminados en Kharkiv y el precio que están pagando los civiles por estas graves violaciones“, dijo Goose, añadiendo que “si estos actos mortales se llevaron a cabo de forma intencionada o imprudente, constituirían crímenes de guerra”.

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