FRANCISCO FLORES SEGUEL/AGENCIAUNO
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Hoy se cumplen 2 años de vigencia de la Ley de Etiquetado de Alimentos, normativa que busca disminuir los índices de obesidad en Chile, y una encuesta de la consultora Activa Research mostró que el 78% de los chilenos está de acuerdo con esta norma. Sin embargo, los consumidores más jóvenes son los más distantes.

En cuanto al aporte de esta ley, su percepción se ha mantenido durante los años. En el 2016, un 51% consideraba que ésta aportaba a proteger la salud de la población, en el 2017 y 2018 esta cifra fue de 45%. Los segmentos C2 y C3 valoran más esta iniciativa desde su aporte, así como las personas entre 30 y 40 años y los mayores de 50.

Además, el 72% de los chilenos consideran que esta ley ha tenido un aporte positivo en los hábitos de alimentación de las personas, señalando que entrega información para tomar decisiones, enseña a comer más sano, genera conciencia, identifica productos menos saludables y enseña a los niños sobre alimentación sana.

En cuanto a los aspectos por mejorar, el 41% de los consumidores sigue comprando productos etiquetados, el 22% piensa que esta ley encarece los productos sanos, el 15% considera que falta más educación en torno a la alimentación, el 10% sostiene que es difícil cambiar los hábitos, y un 6% que falta educar sobre esta ley.

Asimismo, el 37% de los encuestados afirma que se informa en detalle de todos o la mayoría de los alimentos que contienen información nutricional, y el 45% que se informa de algunos de éstos. Esta cifra se ha mantenido prácticamente sin variación en los años. Se observa mayor indiferencia entre los hombres y en los segmentos más jóvenes.

La Ley de Etiquetado también iene un alto nivel de conocimiento desde sus inicios. Mientras en el 2016, un 90% declaraba conocerla, en el 2017 subió a 97%, y en el 2018 bajó a 93%. A pesar de su alto nivel de conocimiento, existe una oportunidad en los estratos medios bajos y entre los jóvenes.

En relación a los objetivos de la ley, las expectativas eran mayores en el 2016, que hoy. Mientras en el 2016 un 88% pensaba que se mejoraria la información disponible sobre los alimentos, simplificando el detalle nutricional de los componentes; en el 2018 solo un 45% sostiene lo mismo. En el 2016, un 81% creía que la ley ayudaría a proteger a niños y adolescentes de alimentos “Alto en”; en el 2018 esta cifra baja a 43%.

Además, en el 2016, un 76% sostenía que esta iniciativa mejoraría la oferta de alimentos en establecimientos educaciones; en el 2018, solo un 42% afirma lo mismo. Al momento de comprar, los consumidores prestan atención a los sellos. Esto implica que 7 de cada 10 compra menos productos con sellos. El 64% de los encuestados afirma que ha notado efectos tras reducir la compra de productos con sellos.

En tanto, el 29% declara que hay una disminución de peso de los integrantes de su familia; el 28% una mejora de salud; el 24% disminución del consumo de productos con sello; el 10% declara tener mayor conciencia; y el 9% mejor condición física.

Los alimentos “Alto en Grasas Saturadas” son los considerados más dañinos. Los siguen los “Alto en Azúcar”, luego “Alto en Sodio”, y finalmente los “Alto en calorias”. La combinación de sellos que se percibe como más dañina es la “Alto en Grasas Saturadas” y “Alto en Azúcar”. Mientras que las menos perjudiciales serían “Alto en Azúcar” y “Alto en Calorias”, y “Alto en Sodio” y “Alto en Calorias”.

Finalmente, más allá de la Ley de Etiquetado, existe una tensión en relación a “saber lo que estoy comprando”. Los encuestados manifiestan que es importante que la información nutricional este en español, que sea entendible y clara; que debe indicar si afecta la salud; su origen; indicaciones de consumo y recomendaciones; y tipos de preservantes, aditivos, colorantes, toxinas y otros.

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