MARIO DÁVILA HERNANDEZ/ AGENCIAUNO
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La noche de este miércoles, miles de niños, niñas y adolescentes del país salieron a las calles de sus barrios y comunidades de edificios para pedir “dulce o travesura” en la celebración del “Día de los Muertos” o “Halloween” como se realiza en el los países del hemisferio norte.

Con divertidos disfraces y maquillaje, los menores junto a sus padres y madres se divirtieron por instantes y subieron fotografías de sus andanzas a las redes sociales, Facebook, Instagram y Twitter, principalmente.

Y la celebración se dio en la zona norte, sur, oriente, centro y poniente de la Región Metropolitana sin distinción
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Eso si, desde el programa “Elige Vivir Sano” relataron que un niño podría llegar a recibir un 1.090% más de azúcar de la que necesita en promedio un niño de ocho años.

Si el máximo recomendado es de 40 gramos, un recipiente con los que se recolectan dulces puede llegar a ser el equivalente a poco menos de medio kilo de azúcar, que muchas veces se los comen en el fin de semana.

Por eso, desde Elige Vivir Sano, junto a los pediatras están haciendo un llamado al consumo moderado y a que los padres innoven en qué se entrega, no olvidar las frutas, hacer bolsas con frutos secos,

Asimismo, el consumo de golosinas en exceso no hace sino preocuparnos por las alarmantes cifras de obesidad y sobrepeso, especialmente en niños y adolescentes chilenos, aseguran los expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Chile.

Para quienes tienen niños, más que no sumarse a esta fiesta, la estrategia apunta a evitar el consumo desmedido de golosinas con alto contenido de azúcar y grasas, que pueden producir cuadros de indigestión o molestias gastrointestinales, tales como vómitos o diarreas, y, sobre todo, enseñarles a nuestros hijos que la clave está en la ingesta moderada y ocasional de este tipo de productos.

Los padres deben seguir ciertas reglas básicas para que sus hijos disfruten alegremente, pero de manera saludable la fiesta de Halloween. Primero, preferir caramelos con menos colorantes y evitar los productos rellenos con soda o que dejan a los niños las lenguas azules o verdes, por ejemplo. En niños menores es mejor utilizar los dulces tipo gomitas, ya que es menor el riesgo de que se ahoguen como podría suceder con los caramelos ‘duros’.

No se deben sobrepasar las cantidades aconsejadas: fraccionar la entrega, dárselos de a poco, y explicarles el motivo del por qué el consumo de golosinas y dulces debe ser moderado, para fomentar en ellos la autorregulación.

Además, se debe planificar una sesión de actividad física aeróbica, caminata o bicicleta para el día posterior al consumo de estos productos; no dar dulces al día siguiente de la fiesta y, si quedan, desecharlos. Finalmente, alternar su consumo con alimentos saludables, frutas y lácteos semidescremados.

De este modo, podemos sumarnos a esta festividad, sin lamentar, el día después, sus consecuencias para la salud y contribución a los ya preocupantes índices de exceso de peso en nuestros niños.

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