FOTO: JOSE LUIS GARCIA/AGENCIAUNO
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Los desechos provenientes de centros hospitalarios están en su mayoría infectados con bacterias y virus que dan pie a enfermedades graves y altamente contagiosas. Entre los desechos se encuentran tejidos, órganos, fluidos humanos y partes corporales.

El epidemiologo Fernando Rojas asegura a Código Calle que los desechos de la actividad sanitaria “fundamentalmente son peligrosos porque se ponen en contacto con fluidos orgánicos de pacientes enfermos que pueden tener enfermedades transmisibles. La más típica y la más conocida es la sangre de un paciente con VIH”.

“Debe haber un dispositivo especial por donde bajen los desechos sólidos y se deben clasificar como: menos peligrosos, peligrosidad intermedia, alta peligrosidad y material reciclable”, agrega el salubrista Luis Balboa.

Según estadísticas confirmadas, de todos los residuos generados por las actividades de atención sanitaria, el 15% resulta altamente peligroso, entre los que figuran materiales infecciosos, tóxicos o radiactivos. Cada año 16.000 millones de inyecciones son administradas a nivel mundial y no todas las agujas y jeringas son desechadas bajo un proceso controlado que evite la transmisión de enfermedades.

Además de los problemas propios de rubro, algunos de los desechos hospitalarios también son incinerados, lo que propicia la emisión de toxinas, furanos y otros contaminantes que afectan a la atmósfera negativamente.

Entre las enfermedades que pueden causar estos residuos está el SIDA, hepatitis B, hepatitis C, infecciones gastroentéricas, infecciones respiratorias, infecciones dérmicas e intoxicaciones.

Según un estudio de SciELO, en la actualidad no se cuenta con una norma específica que regule el adecuado manejo de este tipo de residuos, si bien el Ministerio de Salud se encuentra estudiando un reglamento sobre la materia, sólo existen instructivos de carácter indicativo.

De hecho, el Ministerio de Salud de Chile (MINSAL), en su informe Desechos hospitalarios: Riesgos biológicos y recomendaciones generales sobre su manejo, contiene información sobre este ámbito en Chile y en el mundo: “Se estima que en Latinoamérica se generan aproximadamente 3 kg/día/cama de desechos sanitarios, alrededor de la mitad de lo que eliminan los países industrializados”.

“En Chile esto representaría alrededor de 90 toneladas de desecho diarias generadas por los sistemas público y privado de salud (para una ocupación del 75%). La población general a su vez produciría alrededor de 1 kg/habitante/día, lo que se traduce en 15.000 toneladas. Los desechos sanitarios representarían entonces sólo un 0.6% del total de desechos, los peligrosos alrededor del 0,1%, y los objetos cortopunzantes originados en establecimientos de salud posiblemente un 0,006%”.

Aunque no existan leyes dirigidas específicamente al rubro de la salud en cuento a los desperdicios, el artículo 16 el Reglamento de Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo establece que “no podrán vaciarse a la red pública de desagües de aguas servidas sustancias radiactivas, corrosivas, venenosas, infecciosas, explosivas o inflamables o que tengan carácter peligroso”.

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