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Hace algunos días se dio a conocer el fallo de la Superintendencia de Educación que sancionó al colegio Nido de Águilas tras el suicidio de la alumna Katy Winter. 

Según la Superintendencia el establecimiento no garantiza “un justo proceso que regule las relaciones de los miembros de la comunidad escolar. Establecimiento cuenta con reglamento interno no ajustado a normativa vigente”.

Por lo mismo, se le impuso al colegio una multa de dos millones y medio de pesos. 

Debido a lo sucedido, la familia de la joven expresó mediante un comunicado que este fallo “fue basado en el incumplimiento legal de adecuar sus protocolos de convivencia a la ley vigente, no hace relación a lo evitable o inevitable ocurrido con Katy”.

Además expresaron que “no investiga eventos al interior de los colegios, su misión es fiscalizar el cumplimiento de la ley”. Según la opinión de la familia, es el Ministerio Público “quien tiene competencia para investigar, ya que el colegio no aportó antecedentes fundamentales. Además, con fecha 14 de junio nos informa vía email su decisión de no investigar, pese a nuestros reiterados intentos de acercamiento”.

Finalmente manifestaron que “estamos decepcionados con la administración del colegio, el resultado de la fiscalización resalta en la incapacidad de un colegio de 85 años de experiencia en adecuar, incorporar e implementar lo mínimo que exige la ley en temas de convivencia escolar”.

 

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