El niño fue llevado al SAPU de Zapadores de Recoleta por ambos adultos, luego que el pequeño no reaccionara. Allí falleció.
En ese lugar no se pudo determinar la causa de muerte, aunque sí era evidente que el menor presentaba distintas lesiones externas.
En una primera declaración, la madre se responsabilizó de las lesiones visibles y aseguró que las quemaduras se debían a que, en una oportunidad, se le dio vuelta una taza de té. La autopsia descarta esa teoría.
En un segundo testimonio, Ortíz cambió la versión y culpó a su pareja: “Ella termina confesando, contando y detallando la manera en que el menor sufría golpes por parte de su actual pareja al interior de hogar en diferentes horarios, circunstancias y días previos a su muerte”, dijo el comisario.
El detective agregó que “al efectuar una indagatoria de por qué no denunciaba y se mantuvo callada frente esta situación de violencia, ella señala que le tenía mucho miedo”, dijo a Emol.