FOTO: RODRIGO SAENZ/AGENCIAUNO
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Tras el anuncio del Presidente Sebastián Piñera del nuevo impuesto a los vapeadores -o cigarrillos electrónicos de mayor capacidad-, los ministerios de Salud y de Hacienda acordaron ya ingresar una indicación en un proyecto de ley que se encuentra en el Senado y que busca igualar la regulación que tienen los productos derivados del tabaco.

Con ello se busca que estos productos estén vetados en espacios públicos cerrados y no se podrán vender cerca de colegios. Deberán llevar además un estampado de advertencia sanitaria en su envase y se prohibirá la publicidad y promoción, así como su venta a menores de edad. Actualmente, la legislación contempla un impuesto de 30% a las cajetillas de cigarros, el mismo que se aplicaría a los vapeadores, y del 52,6% a los cigarrillos sueltos.

Según cálculos del Gobierno, de aprobarse esta iniciativa, permitiría recaudar unos 200 millones de dólares anuales.

Pero además del factor económico está el de la salud y el daño que estos también llamados vaporizadores provocan.

En conversación con “El Rompecabezas” de Agricultura, el médico broncopulmonar de la Clínica Dávila, doctor  Felipe Rivera, explicó que la restricción es correcta pues “en la práctica han engañado al público ya que no existe ninguna cosa que sea aspirada que no sea aire puro que no pueda producir algún daño a nivel pulmonar”.

“El cigarrillo (común y corriente) contiene tabaco, se enciende, calienta el tabaco a 850ºC sale humo y uno aspira el humo, el fumador. El vapeador es un dispositivo que contiene una pila que calienta un segmento del dispositivo que tiene un líquido. Ese líquido al calentarse produce vaporización del líquido uno lo aspira. Al aspirarse da la sensación de que uno está aspirando humo, esa cosa da la sensación de que se está fumando. Eso fue hecho por las compañías tabacaleras para decir y hacer que la gente podía seguir aspirando, fumando entre comillas, sin los tóxicos y los daños que produce al pulmón”, explicó.

“Primero salieron los cigarrillos electrónicos que tenían un orificio muy pequeñito con un dispositivo muy chiquitito. El vapeador tiene un gran dispositivo con una gran cantidad de líquido que sirve por mucho más tiempo. Y en la práctica han engañado al público ya que no existe ninguna cosa que sea aspirada que no sea aire puro que no pueda producir algún daño a nivel pulmonar“, sentenció.

Si bien “la historia del cigarrillo electrónico y los vapeadores es muy corta” y “para hacer un diagnóstico de daños se requieren varios años para saber el daño que produce”, ya se han visto reacciones. “Es lo que pasó con los cigarros, fue años y años de discusión, en que las compañías escondieron los daños que sabían que producían”, dijo.

DAÑOS

“El vapeador produce daño inflamatorio en la vía aérea, daño en el pulmón y no solamente por fenómeno inflamatorio sino que produce cáncer. Está demostrado. Hay productos de los vapeadores que producen cáncer en ratas, es decir, son capaces de producir alteración celular. Incluso producen fenómenos inflamatorios de tal manera que inhiben la respuesta defensiva ante la infección por bacterias“, aseveró el doctor Rivera.

“Las personas tienen derecho a elegir pero deben saber el daño que produce a él y al individuo que está a su alrededor. Prima el derecho de lo que están al lado. El cigarrillo electrónico, ese vapor, produce daño también a todos los sujetos que están al lado”, acotó.

“Todo vapeador con nicotina deberían venderse donde se venden medicamentos. Pero acá en Chile se venden en los malls, en los kioscos de forma libre lo cual es un error tremendo… debiera restringirse”, aseguró, porque en nuestro país “los que más fuman son grupos etáreos jóvenes y mujeres”.

Por último infirmó que “no e un mecanismo para dejar de fumar, ya que mantiene la adicción”.

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