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Agencia Uno
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Primero fue la subsecretaria de Salud, Paula Daza, quien dio un ejemplo cotidiano de lo que se puede hacer en el ámbito social durante la pandemia del Covid-19.

¿Me puedo juntar con un grupo de amigo a tomar un café? Probablemente sí, con unos pocos amigos, con cuatro amigos, con un distanciamiento social que tengamos dos metros de distancia para poder conversar. Con mascarillas, con lavado de mano, manteniendo esas medidas”, dijo a mediados de abril.

Luego, fue el ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien reafirmó el comentario. Y se lo tomó con humor. “La subsecretaria Daza tiene una debilidad enorme por el café y, en ese sentido, yo la comprendo. Puede haber múltiples ejemplos, puede ser ir a tomar cerveza, por ejemplo, ir a comerse una empanada“. señaló el secretario de Estado.

“Guardando las distancias, usando mascarillas, lavándose las manos, el estar con una o dos personas, en un lugar donde hay respeto de las distancias que se han señalado, nos parece algo positivo”, añadió en ese entonces.

En la actual fecha, 5 de mayo, donde los nuevos contagios fueron 1.373, al ministro se le preguntó si aún sostiene el ejemplo. La respuesta, con ironía, la mantuvo.

“Lo que coma cada persona que no está en cuarentena o la bebida que tome, en realidad no es nuestra preocupación y, de hecho lo que emanamos cada día, no hacen un listado de lo que se puede o no consumir en estos locales, si a alguien le gusta mas la Coca Cola o la Pepsi Cola, no lo vamos a poner en un decreto”, dijo.

“Lo que sí ponemos es que un lugar de reunión social, donde estamos preocupados de que no haya contagios, tiene que haber lavado de manos, tiene que haber un metro de distancia, no pueden haber más de cuatro personas juntas, es son los principios básicos“, explicó.

“Y hacer burla como se pretende porque se toma café o empanada no ayuda a lo que queremos que la gente entienda: cómo debe ser su vida durante la cuarentena o cuando estas cuarentenas se están levantando, como acaba de ocurrir en Chillán u Osorno, donde efectivamente la gente puede, con la limitaciones que hemos establecido, ir a servirse lo que estime conveniente, y nosotros no como quien para indicarle qué es lo que deben o no deben consumir“, concluyó.

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