Cambio de horario
Agencia Uno.
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Este sábado 2 de abril, cuando el reloj marque las 23:59 horas, se deberá retroceder 60 minutos, con esto se da inicio al horario de invierno en nuestro país, el cual estará vigente hasta el primer sábado de septiembre.

Esto significará que amanecerá más temprano, y por ende, el sol se esconderá antes. Pero ¿qué cambios se pueden producir en nuestro organismo durante los meses que rige este nuevo horario?.

Para la doctora Catalina Torres, neuróloga y especialista del Centro del Sueño de Clínica Santa María, este es un hito importante, principalmente porque comenzamos a tener luz más temprano.

Vamos a ganar una hora de sueño y despertaremos con más luz. A algunos no les guste este horario porque se oscurece más temprano, pero lo ideal es que los seres humanos hagamos las actividades que requieren más atención y concentración en la mañana“, señala la especialista.

En tanto, la neuróloga y especialista en Medicina del Sueño de la Clínica Dávila, Evelyn Benavides, coincide en que debemos realizar las actividades durante las horas matutinas.

“El horario de invierno hace que tratemos de utilizar principalmente la luz de la mañana para realizar nuestras actividades y menos hacia la tarde, para tratar de que funcionemos más matinalmente”, señaló al respecto la profesional.

Según las especialistas, el horario correcto para la fisionomía humana y el que le correspondería al territorio nacional es el de invierno. Además, explican que los cambios durante el año podrían ser perjudiciales.

“Se ha demostrado que las modificaciones de horario no son sanas para nosotros, no debiéramos quedarnos en el horario de verano, ya que hay más riesgos de accidentes de tránsito, trastornos de ánimo, incluso enfermedades cardiovasculares. Por eso, el mensaje de los especialistas en sueño es que debiésemos preferir el horario de invierno“, explica la neuróloga de Clínica Santa María.

¿Cómo afecta el cambio de horario?

Pasar del horario de verano al de invierno, y viceversa, puede afectar al organismo de diferentes maneras.

Los primeros días después del cambio de hora podría ocurrir una alteración del ritmo circadiano, incremento de trastornos del sueño y disminución de la concentración. Además de, somnolencia, trastornos del ánimo e incluso alimentarios.

“Este cambio no va a dar mayores problemas, no es complejo adaptarse porque vamos a ganar una hora extra de descanso”, indica la doctora Torres.

Sin embargo, enfatizó en la importancia de cuidar “la higiene del sueño la semana previa al cambio de hora, no usar pantallas antes de acostarse, no dormir siesta, no tomar estimulantes, dejar un rato de tranquilidad antes de ir a dormir, pero insistiendo que este es el ritmo fisiológico”.

¿Qué pasa con los niños y el cambio de hora?

Esta traspaso del horario de verano al de invierno suele afectar particularmente a los más pequeños, es por ello que los especialistas sugieren tener rutinas al momento de acostarse y evitar de comer en la noche.

“Es super negativo que los niños estén con pantallas en la noche, la hormona melatonina, que se secreta solo cuando hay oscuridad, se ve muy afectada, por lo que si tenemos luz no vamos a permitir que nuestro cerebro la produzca”, dijo la doctora Paola León, neuróloga infantil de Clínica Vespucio.

Cuando el sueño no es regulado, los niños pueden presentar problemas en clases. Muchos desarrollan un síndrome tipo déficit atencional con hiperactividad y se comportan de manera más activa. 

La doctora León asegura que se consideran trastornos del sueño en niños cuando se ha intentado incorporar una higiene de sueño sin buenos resultados.

“Si el niño sigue teniendo problemas al dormir, hay que analizar por qué ocurre. Puede tener que ver con parasomnia (temores nocturnos, sonambulismo), apneas de sueños, movimientos involuntarios (que pueden estar vinculados a la falta de fierro), trastornos respiratorios o el síndrome obstructivo del sueño (SAHOS)”, comenta.

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