TDA
Guttmann Barcelona - Referencial.
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Es habitual tener problemas atencionales de vez en cuando, sobre todo cuando una tarea no motiva, lo que en la mayoría de las personas no causa trastornos para la vida diaria. Pero cuando empieza a afectar el día a día, se considera que hay un Trastorno de Déficit Atencional (TDA).

Según explica el doctor Ludwig Plate, neurólogo de Clínica Dávila, el déficit atencional es un trastorno crónico y evolutivo que se caracteriza por inatención, junto a problemas de hiperactividad y de control de impulsos, con un fuerte componente genético y hereditario. “Si bien no se puede prevenir, sí se puede diagnosticar a tiempo y tratar las consecuencias”, puntualiza el especialista.

Esta condición es más frecuente en niños que en niñas y la prevalencia en nuestro país es de entre un 5% a un 10% de los escolares, detalla la doctora Paola León, neuróloga infanto-juvenil de Clínica Vespucio.

Por su parte, la doctora Carolina Delgado, neuróloga de Clínica Santa María y profesora asociada de la Universidad de Chile, asegura que hay hasta un 30% de las personas con TDA que se diagnostican cuando son mayores de edad, en igual proporción entre hombres y mujeres.  

“Generalmente, estos pacientes han ido desarrollando a lo largo de su vida diversos mecanismos y herramientas para poder compensar su problema y rendir adecuadamente, lo que implica un gran esfuerzo y el consiguiente desgaste”, explica el especialista de Clínica Dávila.

En edad adulta, este trastorno puede tener importantes efectos en la vida diaria, lo que se manifiesta en problemas de autoestima y en el desempeño laboral o académico, así como inestabilidad en relaciones interpersonales y estado emocional.

Es importante destacar que es una condición, no es una enfermedad, son personas súper creativas, muy inteligentes. Entonces es fundamental que busquen ayuda para poder funcionar. Además, los parientes deben estar al tanto de esto, para que su autoestima no disminuya. En general, con tratamientos suelen andar súper bien”, agrega la doctora Delgado.

Los síntomas recurrentes son:

  • Incapacidad en concentrarse para realizar tareas diarias;
  • Buscan espacios “tranquilos” para realizar actividades que requieran de mayor atención, donde exista menos ruido, como la noche;
  • Dedican mucho esfuerzo para hacer algo;
  • Dejan las cosas para más adelante;
  • Se activan muy encima del tiempo límite para entregar un proyecto.

Diagnóstico del Trastorno por Déficit Atencional

“El diagnóstico es clínico, o sea, se hace a través de la observación de los síntomas de los niños: la inquietud, la impulsividad y falta de atención”, indica la especialista.

Existen diferentes tipos de déficit atencional:

  • Déficit atencional de tipo hiperactivo-impulsivo: Tienen problemas para seguir normas, en algunas ocasiones para relacionarse, son impulsivos e impacientes.
  • Déficit atencional de tipo desatento: Se les dificulta terminar una tarea, prestar atención a los detalles, organizarse o seguir instrucciones. Se distrae fácilmente o se olvida de cosas que tiene que hacer en el día a día.
  • Déficit atencional de tipo combinado: Presenta de igual forma los síntomas anteriormente descritos.

El diagnóstico es clínico y según la doctora León se basa en los criterios del manual psiquiátrico DSM5, donde el especialista debe analizar los síntomas mencionados. Además, se estudia la historia clínica del paciente y se debe consultar si en la familia existe alguna persona con esta condición, ya que es un factor de desarrollo del TDA.

“Para el diagnóstico realizamos preguntas de la vida cotidiana y cuánta disfunción tiene al hacer estas cosas, debido a problemas atencionales y desde cuándo presenta esta condición, si desde el colegio, en el trabajo. Esto afecta a todas las situaciones de la vida, no solamente la parte académica“, comenta la especialista de Clínica Santa María.

Por otro lado, muchas veces, además de esta condición, puede estar asociado a trastornos de salud mental, como de ansiedad o depresión. Por esto, la doctora Delgado advierte que es importante acudir a un especialista que pueda indicar un tratamiento adecuado.

Terapia para el Trastorno de Déficit Atencional

Existen tratamientos farmacológicos y conductuales. Además, la neuróloga infanto-juvenil explica que la terapia en escolares debe ser multimodal, esto quiere decir que debe ser tratado en el colegio, en la casa y con la ayuda de un profesional idóneo.

“En el colegio, se debe dar énfasis a que un niño haga deporte, darle más tiempo para realizar su trabajo. En el hogar, los padres tienen una cuota muy importante, deben instaurar hábitos de sueño y alimentación saludable, sin estos puede empeorar su sintomatología. Además, deben evitar el uso exagerado de pantallas, tener hábitos de estudios, hacerlos responsables de una rutina de realización de tareas”, indica la especialista.

En tanto, en los adultos, la neuróloga de Clínica Santa María explica que el tratamiento farmacológico no es para mejorar la condición, sino que para regular los niveles de los neurotransmisores que están relacionados con la atención. “Esto tiene un impacto muy positivo en los pacientes”, asegura.

Este tipo de terapia dice la neuróloga, se debe complementar con medidas conductuales. Especialistas, médicos o neuropsicólogos, pueden enseñar al paciente a utilizar recursos externos para planificarse mejor, como, por ejemplo, agendar compromisos, hacer listas de tareas o dividir una tarea grande en varias pequeñas.

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