Fundación Todo Mejora
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El Gran Acuerdo por la Infancia fue uno de los primeros temas abordados por el presidente Piñera al asumir su mandato, y uno de los cinco grandes acuerdos nacionales planteado por su gobierno. En ese marco, el Presidente recibió el pasado lunes a los representantes del grupo de trabajo por la infancia que buscarán sacar adelante medidas sobre la materia, instancia donde fueron citados expertos y representantes de todos los sectores políticos.

“No partimos de cero. Aquí vamos a recoger los avances del gobierno anterior, las propuestas de nuestro gobierno y el aporte de los miembros de este grupo de trabajo y de todos los hombres y mujeres que quieran colaborar de buena voluntad. Lo esencial es poner a los niños en el primer lugar de las prioridades, no solamente del Gobierno, del Congreso y de la sociedad chilena. Segundo, y en forma muy especial, con una dedicación y urgencia a los niños más vulnerables, que son los que han pagado los costos de una sociedad y un Estado que les ha fallado” indicó el mandatario.

Por otra parte, en la Nueva Mayoría se han restado figuras como René Saffirio, diputado independiente (ex DC) y Maya Fernández (PS), presidenta de la Cámara de Diputados, quien aseguró que “mi rol es fortalecer el debate abierto, transparente en el Congreso; es ahí donde tenemos que debatir”.

En un plazo de 60 días, el equipo de trabajo que impulsó La Moneda deberá establecer las propuestas para abordar el tema de infancia que incluirá medidas “legislativas y administrativas”. Sin embargo, existe un inconveniente: en este grupo no solamente están ausentes parlamentarios, ya que comprendemos que no es una comisión legislativa; sino que falta la opinión de la sociedad civil, aquella que trabaja directamente con niños, niñas y adolescentes de nuestro país.

El gran problema de aquello es que, para que existan buenas políticas públicas y visiones de ley que contemplen un escenario legislativo favorable, es necesaria la visión de todas y todos los actores que trabajen con las temáticas. El Estado no puede seguir desconfiando de las organizaciones de la sociedad civil, ni tampoco llamarlas sólo para cumplir un rol consultivo. Día a día, fundaciones como Todo Mejora, trabaja con niños y niñas a lo largo del país. Así, nos relacionamos con sus diversas visiones de futuro, con su bienestar y con aquellas situaciones de brecha a las que se ven enfrentados/as.

Es por ello que, contar con pocas voces de instituciones que trabajen comunitariamente con las personas en cuestión, sólo profundiza la distancia en la relación Estado-sociedad civil. Como cuando no te invitan a un cumpleaños, pero te piden la opinión de cómo llevarlo a cabo. Los integrantes de la sociedad civil no sólo tenemos relación con un grupo específico de acción, sino también, aportamos con investigación, estudios, datos y experiencias de testimonios. Esperamos que a la mesa nos podamos sentar todas y todos, ya que, para lograr un acuerdo en esta materia, se necesitan diferentes miradas y alternativas de solución.

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