Partidaria por la opción del Apruebo en el próximo Plebiscito de Salida, aunque reconoce que “va a necesitar muchas enmiendas”. De esta manera, la escritora chilena, Isabel Allende, se refirió a la propuesta de nueva Constitución.
En entrevista con La Tercera, y en medio de su celebración tras 40 años de publicada su primera novela, “La Casa de los Espíritus”, Allende fue consultada por el tema.
“Yo creo que somos el único país en el mundo que se puede dar el lujo de pensar en su futuro y decir qué visión de país queremos. Y esto es lo que vamos a construir hipotéticamente ahora. Ojalá la Constitución sea aprobada. Va a necesitar muchas enmiendas, pero una vez que sea aprobada“, inició.
En la misma línea, la escritora se refirió al rol que cumplen los jóvenes en el escenario actual.
“La gente joven no está ya en lo que estaba la generación mía y los que vinieron poco después. A ellos les interesa el clima, la naturaleza, la defensa del planeta, que está en la Constitución. Ya para ellos la diferencia de género no tiene ningún sentido, entonces el machismo ya deja de tener el peso que tenía. O sea, la nueva Constitución ataca los fundamentos del patriarcado y eso es lo que tiene tan alterada a la derecha”.
Aborto y eutanasia
Consultada por los derechos reproductivos instaurados en el proyecto constitucional, Isabel Allende manifestó que es partidaria del aborto.
“Es una medida extrema que una mujer toma cuando ya le falló todo lo demás. Pero las mujeres tienen que tener la posibilidad de escoger. La maternidad no puede ser obligada, no puede ser impuesta por el Gobierno ni por la Iglesia. Y además tiene sus límites, porque tampoco vas a abortar a una criatura de seis meses, ¿no? Entonces, cuando se habla en general que la Constitución promueve el aborto, no pues, la Constitución le da el derecho a la mujer a abortar y luego vamos a legislar en qué forma exactamente“.
Frente a la eutanasia, aseveró que “es un derecho, absolutamente (…) La muerte puede ser digna, puede ser acompañada, puede ser sin dolor o puede ser un horror. Y en los países más avanzados hay el derecho a morir”.