ALONSO REBOLLEDO/AGENCIAUNO
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El ex secretario general del Partido Socialista de Chile, Carlos Altamirano, es el último jerarca que queda vivo del Gobierno de la Unidad Popular. Tiene 95 años y está completamente alejado de la actividad política. También fue el último que volvió de su exilio de 19 años, primero en Cuba y después en Europa, donde la DINA lo buscó para matarlo.

Fue acusado de ser el principal responsable del clima de violencia política que llevó al golpe del 11 de septiembre de 1973, por su consigna de “avanzar sin transar”, y de hecho encabezó la lista de los más buscados del régimen militar, por encima de Miguel Enríquez, líder del MIR, y de Luis Corvalán, secretario general del PC.

En una entrevista para La Tercera, con motivo de los 45 años del golpe militar, hizo escuetas declaraciones:

-¿Le tiene susto a la muerte?

-No. Ya me tengo que morir nomás.

-¿Le da miedo lo que digan de usted después de que se muera?

-No. Ahí qué importa, si uno está debidamente enterrado.

-¿Le gustaría hacer algo antes de morirse, algo que no haya hecho?

-No, no lo he pensado.

-¿Le gustaría que lo enterraran acá, en su patio?

-Me da igual donde me entierren. Ya no me importa dónde me van a enterrar. Es lo único que sé. Ya no estoy ni ahí.

-¿Cuándo le dejó de importar lo que dicen de usted?

-Ya no me importó. Ya me toca irme al cementerio.

-Se ve bien a los 95.

-Sí, pero la procesión va por dentro.

-¿Cómo le gustaría que lo recordaran?

-No, yo preferiría que no me recordaran.

-¿Por qué?

-Porque no quiero que me recuerden. Quiero que me dejen tranquilo no más.

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