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El exministro del Interior Jorge Burgos analizó en “La Mañana de Agricultura” el comienzo del gobierno del Presidente Gabriel Boric, marcado por el viaje de la ministra del Interior, Izkia Siches, a La Araucanía.

“No hay ninguna duda de que el gobierno en ejercicio en este tema quiere asumir una posición diversa a la anterior, y si voy abrir el diálogo voy a crear condiciones para conseguir la paz social, digámoslo así resumidamente”, dijo.

“Probablemente el viaje de la ministra del Interior tan inmediato a la asunción estuvo vinculado a eso: ‘vamos a hacer un cambio de cara inmediato, voy a ir donde las papas queman a dialogar'”, opinó el abogado, lo que finalmente “resultó mal”.

Según dijo, “no basta con llamar al diálogo si es que no hay elementos que permitan asegurar inicio de un diálogo de una fórmula distinta“.

En este contexto, una de las cosas que Burgos señaló no estar de acuerdo es con el concepto de presos políticos utilizado por Siches y el ministro de la Segpres, Giorgio Jackson.

De acuerdo a la exautoridad, hay personas que “están presas, o procesadas, o formalizadas, o condenadas en muchos casos por acciones delictuales claramente tipificadas en la ley común del Código Penal o en algunos casos en leyes especiales, como la Ley de Seguridad del Estado, la ley de Control de Armas o la ley denominada Antiterrorista”.

“Nos estamos meriendo ahí en un lío espantoso, porque estamos estableciendo nacional e internacionalmente que en Chile hay presos políticos”, criticó.

En ese sentido, y mencionando también a los detenidos durante el estallido social, apuntó que es “realmente es bochornoso el intento de cambiar la realidad de las cosas y ponernos una condición que este país no tiene. En este país no se persigue, ni el Estado ni los tribunales, a las personas por lo que piensan, por lo que dicen, por lo que sostienen; sino que se les persigue jurídicamente y legalmente por los hechos que cometen. A es estamos sometidos todos los chilenos”.

“Está bien cambiar el eje de lo que se quiera hacer (…), pero de ahí a alterar los hechos, alterar la verdad, es un pésimo comienzo“, concluyó.

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